Con motivo de la entrega de un legado del fundador de ACE en la Caja de las Letras del Instituo Cevantes, rescatamos la entrevista del escritor y crítico literario Arturo del Villar que, publicada en La Estafeta Literaria, número 602, correspondiente al mes de diciembre de 1976, refleja los primeros momentos de la Asociación y el papel que jugó, en aquellos tiempos pre democráticos, su primer presidente. Quedaban todavía dos años para la aprogación de la Cosmtitución.
© ARTURO DEL VILLAR
LaAsociación Colegial de Escritores acaba de ponerse en marcha. Es ya una realidad, aunque por estar recién nacida precise aún de algún tiempo y de mucha colaboración para que empiece a actuar. La noticia es que un grupo de escritores de libros ha constituido en Madrid la Asociación Colegial de Escritores, que ha presentado sus Estatutos a la Administración, que ha sido favorablemente acogida por el Instituto Nacional del Libro Español y que su junta directiva profesional se está dirigiendo a los escritores españoles mediante unas circulares, Invitándoles a adherirse a ella. De las respuestas que se obtengan depende todo el futuro de la Asociación.
No hace falta decir que Angel María de Lera es uno de los animadores del grupo; desde hace muchos años está empeñado en recordar a los escritores que cuentan con unos derechos muy a menudo Ignorados por los que se dedican al oficio de escribir. Cuando Lera dirigía el «Mirador Literario» de aquel ABC de entonces, o sea, de cuando tenía mirador, no pasaba semana sin que llamase la atención de los escritores sobre temas tan fundamentales como la inscripción en el Registro de la Propiedad Intelectual, la cesión de los derechos de adaptación o edición de bolsillo, etc. Otra de sus «manías» era la de conseguir una Mutualidad para los escritores, cosa que a muchos les hacía sonreír, pero ahí está la Mutualidad Laboral de Escritores creada y bien creada. Y ahí está la Asociación Colegial de Escritores.

Junto a José Manuel Lara en la presentación del premio Planeta a «Las últimas banderas»
La Junta Directiva Provisional se halla constituida de la siguiente manera: presidente, Angel María de Lera; vicepresidente, Francisco García Pavón; secretario, Gregorio Gallego; tesorero, Ramón Hernández; vocales, Eduardo de Guzmán, Agustín Lafourcade, Juan Mollá, Angel Palomino, Ramón Solís y Daniel Sueiro. No hace falta explicar quién es cada uno de ellos, porque sus nombres y sus obras son bien conocidos. Lera, pues, ha quedado provisionalmente como cabeza visible de la nueva Asociación, y una vez más da la cara por los escritores hispanos y dedica su tiempo a tratar de que la profesión de escritor logre los mismos derechos que las demás.
QUIEN Y CÓMO PUEDE ASOCIARSE
—¿Para qué nace la Asociación Colegial de Escritores, Lera?
—Como suele decirse, pero que es la pura verdad, para cubrir un vacío en nuestra sociedad, en la cual el único ser que desempeña una actitud creadora y carecía de protección respecto a los frutos de su trabajo era el escritor. Hay asociaciones colegiales para la defensa do los Intereses de las profesiones liberales, como Colegios de Médicos, de Abogados, de Arquitectos, eto.., y existen sindicatos que amparan a los que desempeñan sus funciones en las actividades correspondientes. En el orden intelectual, la Sociedad General de Autores de España defiende los intereses de los autores dramáticos, músicos, letristas de canciones, etc… En cambio, el escritor de libros carecía do una organización que le amparase. Por eso hacía falta crearla.
—Ya está creada. ¿Y ahora?
—Ahora esperamos que los escritores en cuyo beneficio se crea nos correspondan con su adhesión. Se están enviando circulares a todos los que figuran en el Quién es quién, interesándoles para que se afilien.
—¿Podemos citar aquí las condiciones para que las conozcan todos los lectores, que a casi todos les interesarán.
—Basta enviar una carta solicitando el ingreso en la Asociación a la calle de Santiago Rusiñol, 8, de Madrid, distrito tres, domicilio provisional hasta que contemos con un número importante de socios. La carta debe ir acompañada do un cheque cruzado o giro postal de mil trescientas pesetas, importe de una anualidad adelantada y del carné, para el que so han de adjuntar asimismo dos fotografías.
—O sea, que la cuota mensual es de cien pesetas.
—Por ahora es de cien pesetas, en efecto.
—¿Y qué ventajas va a tener el asociado?
—Las ventajas que se pueden obtener se encuentran señaladas en los fines de la Asociación, tal como están fijados en los Estatutos, que son los siguientes: «Fomentar la vida intelectual y la acción de extensión cultural en España, defender la dignidad social que corresponda a sus asociados, ampararlos en el ejercicio de sus funciones, defenderlos con arreglo a los derechos que les reconozcan las Leyes, y propugnar las reivindicaciones de su actividad profesional; representar a los escritores en todos aquellos organismos oficiales cuyas decisiones afecten a los derechos morales y económicos de los escritores, especialmente en el Instituto Nacional del Libro Español; redactar dictámenes e Informes que le sean solicitados o encomendados por el Estado y entidades públicas o privadas; realizar los fines de previsión social a través de la Mutualidad Laboral de Escritores de Libros; establecer y mantener relaciones de solidaridad y cooperación con las entidades análogas, tanto nacionales como extranjeras; vigilar el cumplimiento do las normas y los acuerdos a que deberán someterse sus asociados y ejercitar las demás funciones que (o sean encomendadas por disposición de la Ley o por delegación de los autoridades administrativos o académicos.
—Está claro y son unos fines lógicos; se alude en ellos a la Mutualidad, y se me ocurre preguntarle qué relación va a existir entre estas dos agrupaciones: ¿van a englobarse en una sola entidad?
—Son dos asociaciones paralelos, si se quiere, poro distintas, por lo que no se pueden unir. Son diferentes sus funciones, aunque se refieren al mismo sujeto: el autor. A este respecto debe quedar claro que para ser mutualista es preciso pertenecer a una asociación profesional; desde el momento en que existe ésta, habrá que pertenecer a ésta, aunque también hay alguna otra, como la Asociación de Escritores y Artistas, que a estos efectos se homologó porque al constituirse la Mutualidad no se contaba con ninguna asociación de escritores propiamente dicha. Pero insisto en que la Mutualidad Laboral y la Asociación Colegial son dos entidades paralelas independientes; el cauce para pertenecer a la primera será la segunda a partir de ahora.
QUIEN ES ESCRITOR
—La Mutualidad tiene unos requisitos fijados para considerar escritor a alguien; ¿los tiene también la Asociación?
—Es condición que el aspirante haya publicado al menos un libro por cuenta ajena. Se entiende por libro lo que la ley considera como tal, es decir, un volumen de más de cincuenta páginas. Pero sí interesa destacar que la Asociación no va a agrupar sólo a escritores literarios, sino a todos los autores de libros en general, cualquiera que sea la rama o el tema que traten. De modo que podrán asociarse !os autores de libros científicos, de texto, de divulgación, etcétera.
—¿Y los dramaturgos?
—En cuanto autores de libros, por los problemas, derechos y obligaciones que causa la edición de un libro, tienen que venir a esta Asociación. La Sociedad General de Autores de España es otra cosa, no se ocupa de esto; nosotros no somos una sociedad que va a recaudar derechos de autor, sino a defender los derechos morales y materiales de los escritores en cuanto tales, en aquellos actos que se deriven de su función de escritor.
—Ahora que tanto se habla de las lenguas vernáculas…
—Por supuesto, se trata de una entidad asociativa libre e independiente para escritores españoles en cualquiera de las expresiones lingüísticas de España, que se rige estatutariamente por normas absolutamente democráticas. Es cierto que en buena lógica la proporción de escritores castellanos será mayor, pero eso no tiene nada que ver, puesto que los problemas y derechos morales y materiales relacionados con la edición de libros son ajenos al idioma.
—Por cierto, ¿sabes si hay asociaciones de esta clase en otros países?
—Las hay en toda la Europa socialista, con carácter obligatorio para todos los escritores. Y asociaciones similares existen en Francia, México y Colombia, que yo sepa.
—¿Como está siendo acogida hasta ahora la Asociación?
—Por parte de los escritores parece que bien, porque ya hemos recibido un centenar de solicitudes de inscripción. El INLE, por su parte, nos ha acogido muy amablemente, nos ha prestado su casa y procura ayudarnos en todo lo que necesitamos, poniendo sus servicios a nuestra disposición. De los editores, libreros y gráficos no tenemos noticias aún; realmente acabamos de empezar.
—Pero ya está constituida legalmente la Asociación, ¿no?
—Sí; estamos funcionando en espera de que haya un número de asociados representativo para convocar la asamblea general: entonces la Junta Directiva Provisional dará cuenta de lo realizado, se procederá al nombramiento de una Junta Directiva efectiva y se tomarán los acuerdos que se estimen convenientes para la ulterior actividad de la Asociación. Es prematuro hablar de fechas; se decidirá sobre la marcha, según el número de inscripciones.
QUÉ SE PROPONE LA ASOCIACIÓN
—Veamos, si te parece, algunos puntos prácticos de actuación.
—Una de las metas propuestas consiste en obtener una representación en el INLE y en todas aquellas entidades, tanto públicas como privadas, cuyas decisiones afecten a los intereses de los escritores de libros, como pueden ser radio y televisión, por ejemplo. Se da el caso de que se manipulan los derechos de autor de los escritores de libros en tratados internacionales, en convenios, en estamentos estatales, etc., sin que intervengan nunca los dueños de esos derechos, los escritores. Un ejemplo: las ferias del libro se planean y organizan sin consultar, ni siquiera por cortesía, con los autores de los libros que se van a exhibir allí. Otro de los proyectos es fijar una tasa mínima por conferencia, a fin de evitar la depreciación del género.
—¿Se va a tratar del control de tirada?
—En la nueva Ley del Libro se establece que debe existir un sistema administrativo de control de ediciones. El Reglamento, que aún se halla en discusión, tiene dos proposiciones sobre este punto: una propuesta de los editores y otra de los autores. El sistema propuesto por los editores consiste en un certificado o declaración jurada de la imprenta, con el visto bueno del editor. El sistema propuesto por los autores consiste en la inclusión en cada volumen de un encarte o de un adhesivo confeccionado por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre en papel especial, con numeración en serie. Los encargaría el INLE en bloque y los distribuirían los editores, quienes al publicar un libro comunicarían al autor y al INLE la numeración correspondiente a la tirada de la edición en concreto.
—La Ley de la Propiedad Intelectual podría ser un buen tema para la Asociación, porque se ha quedado bastante vieja.
—La verdad es que esa Ley no sirve y está hecha casi contra los escritores. Necesita una reforma, desde luego, y habrá de ser uno de nuestros propósitos reformarla. Pero esto queda para después de que se celebre la asamblea general; entonces, cuando haya una Junte Directiva efectiva, se podrán tomar decisiones en serio. Ahora nosotros somos simples administradores de trámite.
—¿Qué carácter queréis darle desde este primer momento?
—El mismo que tienen todos los colegios profesionales. Por lo pronto puedes señalar que ya hay dos asesores jurídicos a disposición de los asociados: Juan Mollá y Fernando Vizcaíno Casas.
—¿Crees que responderán los escritores? Porque ya sabes que no es un gremio muy unido precisamente…
—Lo sé tan bien que veo que no acuden a la Mutualidad y se pierden un gran negocio. Pero supongo que la afiliación a la Asociación Colegial de Escritores será más numerosa porque so exigen menos requisitos para Ingresar, por un lado, y porque la cuota es muy inferior, por otro, y, además, porque responde, a nuestro juicio, a una necesidad de defensa colectiva de la que tienen consciencia todos los escritores. Pienso que sí, que pronto habrá muchos asociados.
—Tú vas a convertirte en una especie de portavoz de los escritores; bueno, en bastante medida lo eres ya.
—Yo soy presidente de la Mutualidad y de la Junta Provisional de la Asociación. Poro me Interesa hacer constar públicamente que no percibo ningún emolumento bajo ningún concepto por estos actividades. Que quede claro. NI una perra, ni la querría si me la ofreciesen: que conste.
Consta; ahí queda dicho, aunque es seguro que nadie pensaba otra cosa. Angel María de Lera ha demostrado de sobra su compañerismo y es sabido el interés que ha puesto siempre en dignificar la profesión del escritor. Otro día hablaremos de la Mutualidad Laboral de Escritores, obra de su tesón contra viento y marea. Hoy queríamos anunciar la creación de la Asociación Colegial de Escritores, nuevo empeño del novelista. A ver hasta dónde llega, que campos de actuación no faltan.