La eterna tragedia de Rusia

Ana Rodríguez Fischer gana el último premio Café Gijón metiéndose en la piel de la poeta rusa Anna Ajmátova en Antes de que llegue el olvido (Siruela). Recrea así su relación con otra poeta clave de la literatura rusa del XX, Marina Tsvietaieva, al tiempo que lleva al lector al peculiar mundo de la cultura en tiempos de Stalin.
© RECAREDO VEREDAS

Una de las grandes virtudes de esta novela es conseguir que el lector entre en ella desde la primera línea, aunque aborde peripecias y personajes en apariencia alejados de su vida. Ocurre así por la apelación de la autora a sentimientos y situaciones universales, con los que cualquiera puede empatizar. Lo consigue, además, sin sobreinformación, sin indicarnos cuál es el camino correcto, limitándose a narrar.

La voz que nos habla es la propia Anna Ajmátova. No es fácil entrar en la piel y adoptar la voz de una poeta rusa en los tumultuosos años 30, pero la autora aprovecha su experiencia vital para que resulte verosímil. Es un peculiar Stanislawsky, utilizando a otro ruso de amplia fama. Porque al fin y al cabo todos los seres humanos nos parecemos. No deja de ser una mujer enfrentada a una tragedia. Una poeta endurecida, como todo el pueblo ruso, por décadas, siglos de represión.

Junto a Ajmátova y ese protagonista coral que son los poetas y narradores que las acompañan, el gran personaje es Rusia, esa tragedia eterna. Y lo es en un momento más luctuoso todavía que el presente. Son los años de los Procesos de Moscú y de las purgas, previos a la segunda guerra mundial, pero posteriores a la revolución y también a la guerra civil que enfrentó a los revolucionarios con los zaristas. El lector que no sepa mucho sobre el siglo XX ruso podrá comprobar que no ha habido ni un momento de descanso. De hecho, lo que piensa Ajmátova sobre el regreso de Tsvietaieva podría aplicarse perfectamente al difunto Navalny: «¿Por qué volviste, Marina? ¿Por qué regresaste cuando Rusia entera ardía en una hoguera de locura y terror?».

Sin embargo, pese a la eterna zozobra, Rusia siempre fue un país de grandes literatos. En estas páginas recordamos a los poetas y los narradores de la época, un círculo privilegiado de artistas que fue el sustento intelectual de la revolución y, al mismo tiempo, marcó la vanguardia artística de Europa, consiguiendo logros en todas las artes que aún no han sido igualados. Después fueron masacrado por el siguiente paso: el estalinismo.

La novela muestra una sociedad avanzada en lo cultural, pero aplastada por la represión y la precariedad.

En el caso de Ajmátova, la narradora de esta novela, también asistimos a su crecimiento como poeta, concretado, por ejemplo, en el nacimiento de una de sus obras más célebres: Réquiem. Vemos, por tanto, a una sociedad avanzada en lo cultural, en lo humano, pero aplastada por la represión y la precariedad. Es una paradoja que solo se ha dado en los momentos más siniestros de la historia europea.

A Ajmátova y a su círculo les podría considerar, en cierto modo, ingenuos por creer que los servicios prestados a la revolución avalaban su seguridad. Las ejecuciones son tan frecuentes, la arbitrariedad tan salvaje, que se llega a levantar una coraza, un muro de dureza, porque no queda más remedio que seguir viviendo. Stalin es otro protagonista ausente. Es él quien mueve gran parte de la acción, mediante su represión salvaje y totalmente paranoica.

La escritora Ana Rodríguez Fischer.

La escritora de origen asturiano en el café Gijón, en una foto de archivo cedida por Siruela.

Antes de que llegue el olvido podría parecer una novela sencilla, pero no lo es en absoluto. Combina múltiples focos, desde la vida familiar de la narradora, a su íntima amistad con Tsiavaieva, pasando por el gran mapa de la tragedia rusa o sus vínculos con artistas históricos. Todo ello fluye con claridad, sin mayores obstáculos y, como he indicado antes, con una notable empatía.

Además destaca su capacidad para crear escenas y mover a los personajes dentro de un espacio, muy por encima del promedio de una narrativa, la española, demasiado pendiente de lo informativo. Así narra Ana Rodríguez Fischer un momento central: el entierro de su amigo y también poeta Alexandr Blok: “Centenares de personas avanzaban lentamente a lo largo de las calles abrasadas por un sol ardiente. Apenas se oía el ruido de los pasos en las maltrechas calzadas. El féretro se balanceaba sobre los hombros de los porteadores. El coche fúnebre vacío traqueteaba sobre los adoquines.

La autora aprovecha su experiencia vital para adoptar la voz de una poeta rusa.

Acosada por un ciclo imparable de muerte, mantiene una ejemplar templanza, pero el suicidio de Tsiavaieva la hiere profundamente. De hecho se convierte en la interlocutora de su discurso, en la destinataria de la voz que guía esta novela. Tal vez eran las más talentosas de todas, aunque la brújula vital de Ajmátova le ayudara a sobrevivir, como también lo hizo Shostakóvich. El romance con Modigliani, pese a su dolor, inherente al malditismo, es el mayor descanso de la novela por el cambio de escenario que implica y la disminución de la paranoia.

No les llegó el olvido que menciona el título pues sus nombres, tanto el de Tsiavaieva como el de Ajmátova, siguen siendo recordados y admirados por todos los amantes de la poesía. Además en las últimas páginas aparece la esperanza, mediante la cercanía de los admiradores y la luminosa presencia del por entonces joven Joseph Brodsky.

 

Antes de que llegue el olvido. Ana Rodríguez Fischer. Editorial Siruela, Madrid. 222 pp.


EL AUTOR

RECAREDO  VEREDAS  (Madrid, 1970) ha estudiado Derecho, Edición y Creación Literaria. Ha publicado diez libros. Incluye los poemarios Nadar en agua helada (Bartleby, 2012) y Esa franja de luz (Bartleby, 2019), el ensayo No es para tanto (Sílex, 2016), la recopilación de testimonios Todo es verdad (Sílex, 2020), las novelas Deudas vencidas (Salto de Página, 2014) y Amores torcidos (Tres Hermanas, 2021), las colecciones de relatos Actos imperdonables (Bartleby, 2013) y Pendiente (Dilema-Escuela de Letras 2004) y el manual Cómo escribir un relato y publicarlo (Dilema-Escuela de Letras, 2006). Ha trabajado para diversas editoriales, entre las que destaca Alfaguara. Ha sido profesor en la Escuela de Letras y en Fuentetaja. Ha reseñado, entre otros medios, en Quimera, ABC, Política Exterior,  Letras Libres y Revista de Letras. Su última publicación es Vida después del sueño (Sílex, 2021), co-escrita con el editor Ramiro Domínguez Hernanz.