La carta de Guerra Garrido a una sociedad enferma

Alianza Editorial recupera una de las obras más importantes de Raúl Guerra Garrido (1935-2022), La carta, donde denuncia la extorsión terrorista de los años duros que sufrió en propias carnes y la soledad que sufrieron los amenazados por ETA. 
© JUAN ÁNGEL JURISTO 

En cierto modo, siempre hallé destinos paralelos entre los casos de la farmacia que regentaba Raúl Guerra Garrido y el de la librería Lagun, ambos establecimientos sitos en San Sebastián. La librería, de hecho, anuncia estos días su cierre después de que en 1968 la fundaran Ignacio Latierro y María Teresa Castells y teniendo como socios a los hermanos Recalde, uno de ellos José Ramón, consejero de Justicia en el Gobierno vasco, al que ETA intentó asesinar.

Estos hechos estuvieron cerca de llevar al cierre a la librería ya entonces, así como los ataques, durante la Transición, de grupos de extrema derecha, así como de los grupos que participaron en la llamada kale borroka.

La farmacia de Raúl Guerra tuvo peor suerte, pues quedó calcinada en el año 2000 y fue cuando, como muchos otros, éste se planteó abandonar el País Vasco.

Y este paralelismo ha surgido de ese estar agazapado en la memoria y que el cierre de Lagun, aliado a la reciente publicación de La carta, una novela que Ediciones de la Plaza publicó en 1990 y que ahora reedita Alianza, ha liberado, haciéndonos partícipes de nuevo de unos sucesos que condicionaron en parte nuestra educación sentimental de lo político y, sobre todo, de los límites de la convivencia y donde aprendimos el valor de la comprensión a la vez que una determinación firme contra la discriminación y el fanatismo.

Y parte de esa educación se debió a ciertos escritos de Raúl Guerra que nos parecieron premonitorios en su momento cuando en realidad lo que reflejaban era en realidad un conocimiento profundo y lúcido sobre la realidad en el País Vasco y que la quema de su farmacia corroboraba porque lo que el fanático no aguanta es que se le deje desnudo ya que su postura se basa en una trama más o menos bien trabada de excusas que justifican el afán de aniquilación del Otro.

‘La carta’ conduce a un análisis y un balance de la sociedad vasca así como del propio pasado.

Así, en fecha tan temprana como 1977, Guerra publicó Lectura insólita de El Capital, que fue Premio Nadal en 1976, y que trataba del secuestro de un industrial vasco por un grupo abertzale de extrema izquierda que durante su cautiverio sólo tiene para leer la obra clásica de economía política de Karl Marx.

Ni que decir tiene que la obra representaba con gran acierto esa sabia combinación de elementos dramáticos con una mirada irónica, que hacía que el lector no sólo mantuviera cierta distancia con el asunto sino que esa distancia servía para otorgar lucidez a la situación a la vez que la despojaba de ciertos elementos propios de la manipulación sentimental.

Luego de este libro no fue hasta la aparición de La carta en 1990 que Raúl Guerra retomaba de pleno el mundo de la izquierda abertzale y el problema que causaba para un desarrollo más o menos normalizado del País Vasco. En medio, narraciones tan significativas como El año del wólfram o El mar es mala mujer, incursiones bien llevadas en la novela negra como Escrito en un dólar, Las costumbre de morir o Tantos inocentes.

 

Fallece el escritor Raúl Guerra Garrido a los 87 años - EFE Noticias

Raúl Guerra Garrido falleció a los 87 años.

Ya en 2012, en fecha tan tardía, una narración sobre el problema de la restitución moral, La estrategia del outsider o la vuelta al mundo de Naraya Sola, que considero su obra más camusiana, si puede hablarse así de una narración que trata de conservar la dignidad aun a sabiendas que esto lo único que lleva es a perjudicarte aún más si cabe. La venganza es un plato que se sirve frío: en 2016 Guerra publicó Tertulia de rebotica, una recopilación de más de cuatrocientos artículos publicados en la revista El farmacéutico. Fue una vuelta triunfal a los orígenes.

Guerra ganó el Nadal en 1976 con Lectura insólita de El Capital.

La carta («Una coyuntura insostenible, paro, marginación progresiva responsable de  esta situación / le exige de manera forzosa lo que usted de buen grado suele facilitar a nuestros enemigos nacionales y de clase / 50 millones de pesetas/ si avisa a la policía / ejecutado allá donde se encuentre) que recibe el empresario Luis Casas, cumplidos cincuenta años, actúa de detonante de una revisión de su propio pasado, a la vez que se produce un análisis y un balance de la sociedad vasca.

Para mí tengo que es su novela más camusiana porque aúna al sentido moral la vaga constatación de lo absurdo de la existencia humana y donde el humor y la ironía (de nuevo ésta sirve de herramienta de obligada distancia) de alguna manera redimen el horror: “Resuena en estéreo ambiental la novena de Beethoven, wenn ich dich anschaue, sehe icht dich  nicht, o algo parecido, no siempre va a ser Mozart…”.

La farmacia de Raúl Guerra tuvo peor suerte, pues quedó calcinada en el año 2000.

Lo terrible del asunto es lo que contiene de oculta épica. Porque lo que tenía todas las trazas de un drama no por sabido menos vergonzante se convierte en una enorme acusación moral por el insólito hecho de que recibir la carta es una opción personal: avisado estaba… La novela finaliza al recibir ésta…

Es ya lugar común decir que La carta es la mejor novela de Raúl Guerra, aunque tengo en alta estima, por ejemplo, Demolición, su última narración, donde creo que el autor llegó a cotas no conocidas en sus libros anteriores… Pero sucede que esta otra magnífica novela trata de un drama colectivo que en el pasado nos atuvo a todos…

 

La carta. Raúl Guerra Garrido. Alianza Editorial. Madrid. 2023. 340 pp.


EL AUTOR

JUAN ÁNGEL JURISTO.  Escritor, crítico y periodista, nació en Madrid en 1951. Estudia filología española en la Universidad Complutense. Ha colaborado, entre otros medios, en El País, dirigido la revista literaria El Urogallo y la sección de cultura en El Independiente y El Sol. Ha ejercido de crítico en La Esfera, del diario El Mundo. Más tarde se incorporó a La Razón y actualmente colabora en ABCD las Artes y las Letras. Ha colaborado en las más importantes revistas literarias y culturales españolas. Es autor de los ensayos Para que duela menos (1995) y Ni mirto ni laurel (1998). Es autor de tres novelas: Detrás del sol (2006), El hilo de las marionetas (2008) y Vida fingida (2012).