Un viaje inteligente en torno a la estupidez

El profesor Roland Breeur se adentra  en uno concepto del que nadie se libra del todo: la estupidez. Lo hace de un modo abierto y tangencial, en un ensayo que editar la Universidad de Granada dentro de su colección ‘Filosofía y pensamiento’. 
© ANA ALEJANDRE

La obra de referencia es un acercamiento a la estupidez, como indica su título, para estudiar dicho concepto de manera pausada, a través de diferentes conjeturas. No se realiza de forma directa, ya que así se reduciría la perspectiva precisa, por lo que se realiza así con una visión más alejada, rodeándolo, matizando y perfilando sus límites, para poder llegar a conocer su verdadero significado.

El autor de esta interesante obra es Roland Breeur, profesor de la Universidad Católica de Lovaina y experto en fenomenología y filosofía continental, lo que le da un marchamo de conocimiento propio de un especialista en el tema. Este libro forma parte de la colección “Filosofía y Pensamiento”, de la Editorial de la Universidad de Granada, dirigida por profesores de dicha institución académica. La colección ofrece textos de pensadores contemporáneos de incuestionable prestigio que tratan de dilucidar y diagnosticar los múltiples problemas de la sociedad actual, inmersa en sus muchas contradicciones, por lo que representan los temas tratados diversas cuestiones que permanecen abiertos al debate filosófico.

El filósofo Roland Breeur

El filósofo Breeur, en una imagen reciente.

En torno a la estupidez posee una excelente prosa y mantiene un continuo ritmo narrativo que no cesa en ningún momento. Breeur utiliza la técnica de buscar en las teorías de múltiples pensadores que han estudiado el siempre espinoso tema de la estupidez como son Bergson, Proust, Sartre, pero expresando sus ideas de una forma más literaria que filosófica, en un deseo de demostrar que un filósofo no tiene que usar siempre la forma de expresión propia de su condición de tal que se le atribuye siempre, en cuanto a usar un lenguaje reflexivo, serio y críptico, solo apto para iniciados.

La estupidez consiste en el hecho de perder la capacidad de ver la realidad.

Esta incansable utilización de un lenguaje cercano a la literatura se pone de manifiesto en esta obra por sus constantes citas de los grandes escritores de todos los tiempos (Cervantes, Flaubert, Thomas Mann y Proust, entre otros), usándolas como potentes armas para atacar a la estupidez y su continuo y lamentable retorno, que siempre muestra su gran y constante atracción por lo idiota, esperpéntico y grotesco. Allí donde están estos conceptos, está siempre presente la estupidez sin excepción alguna.

Sin embargo, Breeur no intenta en este libro dar consejos de cómo curar la estupidez o definir formas de librarse de ella. Se limita a estudiarla y analizarla a través de su análisis continuo mediante el microscopio de la inteligencia y nos la presenta como un fenómeno no ajeno a nosotros, sino que es nuestro propio reflejo, ya que sin el ser humano que le sirve de soporte vital la, estupidez no podría existir como tal en el mundo.

Esto le hace afirmar con total seguridad al autor que la estupidez es incurable en toda sociedad, invencible e ineludible, ya que cuando se toma contacto con ella se propaga como un virus que nos afecta a todos. Por eso, la superstición se mantiene vigente en cualquier sociedad, porque, aunque se sepa que todo pensamiento irracional es erróneo, es imposible eliminarlo y, aunque cesa la forma de presentarse, siempre vuelve una y otra vez con nuevas ideas y supersticiones que sustituyen a las anteriores. Al ser un mal que nos afecta a todos, puede ser esa la explicación de que la estupidez siempre nos parece ajena y nunca propia.

No es suficiente tener un buen pensamiento, sino aplicarlo bien.

Por todo ello, es evidente que el autor defiende la idea de que la estupidez es de origen y naturaleza trascendental y, afirma qua como la estupidez siempre afecta al ámbito de nuestro pensamiento, la filosofía debería tomar ante ella cierta reserva, comprensión y generosidad, pues afirma que la otra cara de la moneda de la estupidez no es la sabiduría, sino la generosidad, y eso impide que nadie está a salvo de ella, ya que es consustancial al pensamiento y lo combate desde dentro, en un intento de responder con dicha afirmación a la obra de Deleuze, Diferencia y repetición, en la que dicho autor se preguntaba cómo era posible la estupidez y no el error.

En torno a la estupidez - Universidad de GranadaPorque siempre se entendió que la estupidez sólo tendría justificación a causa del error. Sin embargo, Breeur toma como referencia a Descartes para explicar qué es un error, según dicho filósofo, ya que este último afirma que el error surge siempre de un motivo accidental o empírico, ya que el pensamiento se guía siempre hacia la verdad por ser su inclinación innata. Por ello, el error puede ser causado por la pérdida de claridad del razonamiento o, en otro supuesto, por una falta de buena voluntad, lo que es igual a que no es suficiente tener un buen pensamiento, sino aplicarlo bien. Eso viene a decir que la estupidez es una prolongación del error, y no existe por sí sola.

Existe, además, otra tesis fundamental en esta obra que es el estrecho vínculo entre la estupidez y la individuación, que es el proceso por el que cada individuo se vuelve independiente. La estupidez se articula así en un entramado de verdades, convicciones, opiniones y presunciones que han ido conformando juntas lo que forma aquello que somos como individuos.

Un ser humano se crea y desarrolla a partir de este complicado engranaje, lo que provoca la estrechez de miras y de la limitación mental a un punto de vista o criterio individual. La estupidez surge cuando se transforma, en ese momento, en la incapacidad para permanecer abierto y poder interactuar de modo adecuado con la realidad, que entra en colisión con esa estrechez de miras y la hace saltar por los aires hecha añicos, así como al pequeño mundo que ha creado con sus limitaciones.

El reverso de la moneda de la estupidez no es la sabiduría, sino la generosidad.

Por ello, Breeur afirma que el pensamiento necesita pasar la prueba del sentido y del valor, ya que únicamente en un contexto concreto es donde el pensamiento despierta y la cuestión de la verdad cobra sentido. Cuando esto no sucede, la estupidez se manifiesta en la incapacidad de medirnos con las exigencias de la realidad.

Es por ello que somos el resultado del modo en que nos relacionamos con la realidad y, por ese motivo, el autor considera que probablemente la estupidez consiste en el hecho de perder la capacidad de ver la realidad (también se define a la locura como la pérdida del contacto con la realidad, lo que parece indicar que la estupidez y la locura tienen algo en común, aunque en este punto no se pronuncia Breeur).

La estupidez no está situada en el territorio de nuestros conocimientos, ideas u opiniones, sino que se manifiesta en una individualidad, en la persona completa como tal y es entonces cuando se “cristaliza”. La individuación de la conciencia de un individuo concreto ha de entenderse como una “individualización”, alrededor de lo que le amenaza y choca con los personales puntos de vista y permaneciendo ajeno e indiferente al propio mundo interior.

Breeur no intenta en este libro dar consejos de cómo curar la estupidez.

Por ello, lo “personal”, es el resultado de un proceso de asimilación y sedimentación, según el autor, que la propia persona no controla y la amenaza continuamente, porque ese vínculo entre la estupidez y lo individual es siempre inquietante, ya que muestra a las claras el modo en que esa persona se comporta y los fines que persigue.

Todas las verdades y convicciones racionales, aunque procedan de profundas reflexiones, siempre se han originado por la necesidad de aplacar el fondo irracional que existe en cada individuo. En ese fondo donde residen las supersticiones, los tópicos, los prejuicios, los miedos más atávicos y los instintos.

Interesantísima obra que alumbra una zona tan oscura como es el concepto de la estupidez y aclara lo que es y cómo se forma y manifiesta a través de un individuo, de todos los seres humanos pero individualizados, y no es algo difuso y general, como un fenómeno ajeno a cada persona, porque la estupidez está alojada en nosotros, en uno u otro momento, y es en cada uno donde se manifiesta. Cada ser humano puede ser su huésped y es quien la alberga y alimenta.

 

En torno a la estupidez. Roland Breeur. Introducción y traducciónFrancisco Javier Alcalá García. Universidad de Granada, 2021.


LA AUTORA

ANA ALEJANDRE, cuyo nombre completo es Ana María Alejandre Carrizosa, nació en Azuaga (Badajoz), aunque ha residido en diferentes ciudades de España y Marruecos hasta instalarse definitivamente en Madrid. Escritora de narrativa, articulista, crítica literaria y editora. Es licenciada en De­recho, diplomada en Dirección Comercial de Empresas, diplomada en Anatheóresis (grado superior) y grafóloga. Asimismo, está diplomada en estudios profesionales de edición y corrección. Ha publicado cuatro obras hasta el momento: Un día cualquiera (novela, 2013), La ofrenda (novela, 2010), la colección de relatos Doce cuentos solitarios (2007) y la novela Tras la puerta cerrada (2003). Próximamente, saldrá publicada su nueva novela Cartas cruzadas. Directora y editora de la publicación digital Editanet Espacio Literario y Artístico http://www.editanet.com, y http://www.editanet.org, publicación digital sin ánimo de lucro y de periodicidad trimestral. También ha creado y mantiene más de una veintena de webs y blogs temáticos en búsqueda de una constante plataforma de expresión por su decidida vocación literaria. Colabora habitualmente como articulista y crítica literaria en Diario Siglo XXI, y colabora esporádicamente en República de las Letras (de la Asociación Colegial de Escritores de España) y otros medios.