Cantan, cantan, cantan

Ángeles Mora exprime sus recursos poéticos y creativos en Soñar con bicicletas, un conjunto de versos que trabajan con la ingeniería del yo sin renunciar a una mirada de género con guiños a las habitaciones propias de sus antecesoras. El paso del tiempo, la esperanza, la identidad, pero también la sensibilidad social son algunos de los mimbres de esta acertada obra. 
© GERARDO RODRÍGUEZ SALAS

En su más reciente y esperado poemario, Ángeles Mora nos invita a soñar con bicicletas para «cruzar con esperanza caminos prohibidos». La bicicleta, símbolo de desafío femenino y lucha por la igualdad en el siglo XIX, permite a la autora seguir indagando en la ingeniería del yo de la que hablaba Sergio Blanco al definir la autoficción como el lado oscuro de la autobiografía. Con ecos de su premiado libro Ficciones para una autobiografía y un regusto al «Je est un autre» de Rimbaud, los versos de Mora han de responder no a la pregunta ¿quién soy?, sino ¿quiénes soy?

Ya en el poema inicial, «Mi vida secreta», la voz poética construye con un tono confesional su historia sobre los sólidos cimientos de las habitaciones propias de escritoras como Virginia Woolf. La identidad fija del yo aparece cuestionada en el poema «¿Yo?» y la voz poética, decididamente encarnada en mujer, forja lazos de sororidad con «las chicas» que «nos sabíamos/en el filo de la navaja,/solas ante el peligro». Es así que este yo vive en tercera persona para ser otra, «porque tal vez es necesario,/en el fondo, ser todas». Mora construye y defiende una genealogía de escritoras—santa Teresa, María Zambrano, las poetas del 27—que nunca callaron y «cantan, cantan, cantan».

Mora defiende a la tradición de escritoras que nunca callaron.

El paso del tiempo vuelve a cobrar protagonismo en este libro. La cita de Emily Dickinson—«Dígale, por favor, a esta pequeña peregrina/dónde está el lugar llamado mañana»—revela una obsesión colectiva por atesorar el mañana. En diálogo con los viajes al pasado de su poesía anterior, este libro de Mora nos acerca al futuro, bien para hacernos reflexionar sobre el presente y nuestra torpeza al vivirlo—mañana «era hoy y se iba yendo»—o bien para dejar abierta la puerta de los sueños, la esperanza de cambio, el enigma—«quién sabe lo que esconde».

En los tiempos oscuros que nos ha tocado vivir y que Mora exorciza en el apartado «Underworld» a través de una serie de poemas-pesadilla con sutiles guiños a la pandemia, sigue viva la luz del poema, «pequeñas luces/que a mí sólo me alumbran/y me basta».

La mirada social, tan característica en su poesía, culmina en una última sección titulada «El largo adiós» con ecos de la novela de Carver y la adaptación de Altman. En una serie de poemas que evocan la pérdida de Juan Carlos Rodríguez, su compañero de vida, Mora convierte este largo adiós en una promesa de reencuentro más que en una despedida, pues «alguien cortó la escena del adiós». Y es así que nos anima a «Volver a empezar», a soñar con bicicletas sintiendo el abrazo de quien nunca se marchó y pedalea a nuestro lado.

 

Soñar con bicicletasÁngeles Mora. Tusquets, Barcelona, 2022


EL AUTOR

GERARDO RODRÍGUEZ SALAS (Granada, 1976) es escritor y profesor titular de literatura inglesa en la Universidad de Granada. Como crítico literario, es autor de tres libros sobre Katherine Mansfield y estudios sobre escritoras y escritores contemporáneos y del siglo XX en lengua inglesa, como Virginia Woolf, James Joyce, D.H. Lawrence, Raymond Carver, Angela Carter o Margaret Atwood. Es colaborador habitual de ‘La página de los libros’ en Ideal y durante la pandemia condujo la sección ‘Ventana a la poesía’ en Cadena Ser Granada.