Franco Battiato (Sicilia 1945-2021) logró popularizar una música exigente en su sencillez y de profundas implicaciones espirituales. Ahora, Eduardo Laporte ha escrito la primera biografía del artista italiano en español tras su muerte, una obra sui géneris en la que el autor se adentra en las claves internas y la progresión mística del artista italiano.
© GONZALO NÚÑEZ
Decía Silvio Fernández Melgarejo, rockero y santón mundano de la Sevilla canalla de finales del XX, que «la música es el silencio bien cortado». La dependencia entre silencio y música es mutua e inevitable. Sin una no hay la otra, y viceversa. Se hace buena música cuando se administra bien el silencio.
Ideas a cuento de En presencia de Battiato (editorial Sílex), la biografía de un músico contada desde sus silencios: las lagunas de su vida (una vida tan de ermitaño como pocas, la de Franco Battiato) y las sugerentes posibilidades e interpretaciones de sus canciones, que parten de procesos y aprendizajes internos, espirituales y místicos, que, aunque expresados en canciones, curiosamente aspiran a la disolución del Todo, al extremo silencio. «Un océano de silencio fluye lento / sin centro ni principio», cantaba el de Riposto.
«La propia biografía de Battiato se puede leer como el relato de un éxito interior».
De Eduardo Laporte ya sabíamos, por su trayectoria como diarista (valga de ejemplo el reciente Tiempo ordinario, en papeles mínimos), el interés por el artista italiano y por la mística en todas sus derivadas culturales, muchas de ellas presentes en la obra de Battiato: católica, sufí, hindú, budista…
No es de extrañar que, para narrar la progresión (el progreso del peregrino) de Battiato hacia su voz propia, Laporte recurra a menudo a autores que ejercen de vasos comunicantes: un evidente Gurdjieff (su Cuarto Camino sería esencial para Battiato), pero también místicos, yoguis e iluminados del panorama nacional e internacional como Andrés Ibáñez o Pablo d’Ors y su, precisamente, Biografía del silencio.
En la vida de Battiato, como en la de Agustín de Hipona, Pablo de Tarso o Siddharta Gautama, hay un punto de quiebra. De él conocemos, al igual que sucede con los santos, su etapa civil, antes de abandonar Milán y retirarse a su dominio siciliano de Villa Grazia, como los estilitas a su columna. Hay puntos ciegos (su dependencia materna, su relación conflictiva con el padre, su sexualidad…) que Laporte indica pero a medida que hace camino, sin perder de vista su propia «ruta en diagonal».
Laporte recurre a menudo a autores que ejercen de vasos comunicantes.
Eduardo Laporte no realiza aquí una biografía al uso, recuento de fechas memorables y claves biográficas. Desde el propio título (En presencia de Battiato), sugiere que su interés va por otros derroteros e inevitablemente están relacionados con su postura personal ante su música. Como en toda la obra del navarro (ahí está esa intimísima memoria de duelo que es Luz de noviembre, por la tarde, de 2011), Laporte habla para sí mientras dialoga con el artista. Explicarse su pasión por Battiato es el modo en que explica al lector por qué era necesario este libro, el primero (a excepción de un volumen descatalogado de Cátedra) que se escribe en español sobre el siciliano. «Escribo esta biografía de un modo, por tanto, egoísta, para conocer más de cerca a una persona tan importante en mi propio desarrollo, en mi despertar a un tipo de sensibilidad», explica.
«La propia biografía de Battiato se puede leer como el relato de un éxito interior», señala el autor. Su indagación battiatiana se articula de dentro a fuera. El pasaje interior prima, como clave para acceder a la riqueza hermenéutica de la obra del siciliano. Sin desdeñar, claro está, circunstancias biográficas apoyadas en entrevistas y libros editados preferentemente en Italia.
Pero éstas atañen sobre todo a la maduración de la persona y su obra, a sus años de juventud, como si de un bildungsroman espiritual se tratase. No pretende Laporte acceder al misterio de Villa Grazia: el propio Battiato abrió con su música un canal de comunicación desde su eremitorio.
El autor ejerce de ‘médium’ entre el artista y sus seguidores.
No cabe duda de que este es un libro para battiatianos con tablas, para esa ‘inmensa minoría’ que, en España, sigue reproduciendo religiosamente su música. En el bello prólogo de la edición, firmado por el escritor italiano radicado en Sevilla Alessandro Gianetti, recuerda este su sorpresa ante la cantidad y calidad de los battiatianos de este lado de los Pirineos. En presencia de Battiato tiene mucho de flor en el ojal, de contraseña para los integrantes de esa «tribu abierta y discreta» que, en el mundo hispano, venera al italiano.
A través de su obra entendemos la configuración de nuestro gusto, como Battiato experimentaba sobre sí mismo a través de su música. Laporte ejerce entonces, más que de biógrafo, de ‘médium’ entre el artista y sus seguidores. De ahí que este libro sea tan oportuno justo cuando el siciliano ha dejado de estar entre nosotros: perpetúa el diálogo con este «monje urbano».
Ya iba siendo hora de que, en un mercado cada vez más atento a las biografías musicales, alguien en la hispanoesfera se atreviera con Battiato, rara avis donde las haya. Y es que aunar sensibilidades más allá de las fronteras es una virtud esencial de la música; lograrlo con la exigencia y a la vez la refinada sencillez de las letras de Battiato, es un mérito extraordinario de este artista. Con su libro, Eduardo Laporte propicia un grato encuentro y nos permite seguir «girando en la estancia» de Battiato, de vuelta a nosotros mismos.
En presencia de Battiato. Eduardo Laporte. Sílex Ediciones, 201 páginas. Madrid, 2021.
EL AUTOR
GONZALO NÚÑEZ. Gonzalo Núñez (Sevilla, 1983) es periodista cultural y escritor. Ha publicado en numerosos medios, entre ellos, ABC, La Razón, 20minutos, El Español, El confidencial, El Debate y The Objective. Es autor de Krúbera-Voronya. La conquista del centro de la Tierra (Almuzara, 2021) y coautor de Encadenados. El libro del 75 aniversario (Notorious, 2021).