El autor disecciona la última novela del escritor peruano. En la presente crítica apunta cómo Roncagliolo «describe otra máscara de lo horrible, otro tipo de miedo, el que se comete con los abusos a la infancia» en una narración que apunta hacia una conocida comunidad religiosa de su país.
© JUAN ÁNGEL JURISTO
En esta novela de Santiago Roncagliolo ( Lima, Perú. 1975) nos encontramos con descripciones de esta condición: “ Lomo de Corvina. Hasta el nombre era feo. Durante mi trayecto en autobús, el paisaje urbano había empobrecido gradualmente. De los mansos y europeos edificios de Miraflores a las viviendas de clase media de Chorrillos. De ahí a las casitas construidas por sus propios ocupantes en los cerros, la mayoría sin terminar ni pintar. Y por fin, cerro adentro, las zonas donde había que subir la ladera arenosa por interminables escaleras. En Lomo de Corvina, entre el polvo de las dunas, ni siquiera había asfalto. Los únicos automóviles que vi eran cáscaras vacías, con los ejes apoyados sobre ladrillos o taximotos destartalados. Uno de ellos me llevó más o menos hasta la dirección que le dí, me dejó en una calle que no parecía tener ni nombre y se marchó. Su motor zumbaba como un abejorro diésel”
Perspectiva del barrio limeño «Lomo de Corvina»
La descripción incide en la extrañeza, como la hubiese percibido un europeo o un norteamericano pero desde luego no un natural de Lima, a quien barrios como Lomo de Corvina les resulta tan familiares que para alejarse de ellos en afán de objetividad tendrían que realizar un complicado y difícil ejercicio de distanciamiento de difícil resolución para que cualquier detalle no revelara la familiaridad del que es natural de allíy lo que ello conlleva de dar por supuesto. Este ejercicio de distanciamiento respecto a la realidad peruana para entenderla mejor es de lo que trata en realidad esta Y líbranos del mal, que acaba de ser publicada por Barral, última novela de Roncagliolo después de La noche de los alfileres, publicada en 2016.
Santiago Roncagliolo
En realidad a Roncagliolo, desde su infancia,le fue dada en cierta manera esa manera de mirar alejada y que es una de las características personales con las que aborda la descripción de la realidad peruana. Cuando el autor tenía dos años, debido al golpe militar del general Morales Bermúdez, su familia se exilió en México debido a que su padre, Rafael Roncagliolo, periodista y político de cierta relevancia fue perseguido por el nuevo régimen militar. En México se relacionó con otros hijos de exiliados procedentes de Uruguay, Chile, El Salvador, Argentina… y todos ellos llevaban camisetas del Frente de Liberación Sandinista. Cuando regresó a Perú, todavía en edad escolar, estudió en el Colegio de la Inmaculada, había una revolución en marcha promovida por Sendero Luminoso y su secuela de terrorismo sistemático. Fue entonces cuando Roncagliolo conoció la mentira que se oculta tras las bellas palabras mesiánicas y su traslado a la realidad, el miedo casi ancestral que se apodera de una población, desde luego la castigada clase media peruana pero sobre todo el campesinado en nombre del cual se lucha pero que en realidad no deja de ser una abstracción ideológica en tanto en cuanto los maoístas de Sendero no dudaban en sacrificarlos cuando era necesario. De ese miedo tan difícil de erradicar tratan, como un paisaje de fondo que se enseñorea de la narración, las novelas de Roncagliolo.
Y líbranos del mal describe otra máscara de lo horrible, otro tipo de miedo, el que se comete con los abusos a la infancia, en este caso los perpetrados por la orden religiosa Sodalicio de Vida Cristiana, nacido en 1971 y que llegó a contar con más de veinte mil seguidores repartidos por veintiún países. Por lo menos en principio y como telón de fondo pues en el caso de la Orden todas las versiones de lo ocurrido corresponden a las víctimas no a los verdugos y ante la falta de esas otras versiones, el autor optó por narrar un caso que recordara al de la Orden pero lo rebasara en complejidad a tenor de la información habida sobre los casos de abusos del asunto Sodalicio.
Jimmy es un chico peruano que vive en Nueva York integrado en la sociedad norteamericana, “ No sólo festejábamos mi intención de estudiar una carrera. Ya teníamos claro que podría hacerla. Me habían aceptado en la universidad de Clarks Summit de Pennsylvalnia, un centro bautista. Por supuesto habríamos preferido una universidad católica, como Sacred Heart, en Conneticut. Y de ser posible una más cercana a casa como el Mahhattan College”. A raíz de la enfermedad de su abuela, Mamá Tita, se traslada a Lima para cuidar de ella y allí descubre un oscuro pasado en que está implicado su padre, un pasado donde la hipocresía, el abuso de poder, la pederastia se dan la mano a fin de ocultar y, de paso, garantizar con el silencio los privilegios que otorga el poder. El modo en que describe Roncagliolo la atmósfera de la sociedad peruana es lo mejor del libro, una descripción que no ahorra una mirada crítica sobre los intereses ocultos de una sociedad acostumbrada a mirar hacia otro lado.
Es este desvelamiento gradual de Jimmy respecto a la realidad de un episodio oscuro de la infancia de su padre y, por ende, de la sociedad peruana, lo que hace de esta narración una inquietante visión de la misma y sin remisión posible, aunque en realidad, destapando una capa tras otra, nos topemos con una más que recomendable novela de iniciación, algo a destacar por su rareza en el panorama de nuestras letras, tanto las españolas como las latinoamericanas.
Santiago Roncagliolo. Y líbranos del mal. Editorial Seix Barral. Barcelona. 2021. 395 pp
EL AUTOR
JUAN ÁNGEL JURISTO Escritor, crítico y periodista. Nació en Madrid en 1951. Estudia filología española en la Universidad Complutense. Ha colaborado, entre otros medios, en El País, dirigido la revista literaria El Urogallo y la sección de cultura en El Independiente y El Sol. Ha ejercido de crítico en La Esfera, del diario El Mundo. Más tarde se incorporó a La Razón y actualmente colabora en ABCD las Artes y las Letras. Ha colaborado en las más importantes revistas literarias y culturales españolas. Es autor de los ensayos Para que duela menos (1995) y Ni mirto ni laurel (1998). Es autor de tres novelas: Detrás del sol (2006), El hilo de las marionetas (2008) y Vida fingida (2012).
