La cultura judía del este europeo | Sobre “De un mundo que ya no está” de I. Y. Singer

La autora se acerca a una de las culturas más importantes de Europa, la judía del este. tan desconocida y tan global, por la diáspora de sus miembros, y muestra cómo la comprensión del pasado es esencial para el presente.
© ANA ROSSELL

Verdaderamente, Israel Yehoshua Singer (*Biłgoraj —Polonia—, 1893; +Nueva York, 1944), polaco de origen judío, escribe sobre un mundo desaparecido como él lo conoció. Por ello este libro de memorias es un precioso documento, necesario para comprender el presente. Porque ningún presente es el que es sin su pasado.

Este autor de novelas, escritor en yiddish, lengua hablada por los judíos asquenazíes de origen alemán, formada con elementos del hebreo, el francés antiguo, el alto alemán y dialectos del norte de Italia, conoce a la perfección los ambientes y las tradiciones que describe, y nos los lega como un tesoro. Y son un tesoro, en una doble dimensión: porque la lectura de su libro nos permite entender numerosos personajes que han poblado la mejor literatura centroeuropea y también porque nos acerca a las culturas y subculturas judías, que, evolucionadas, aún perviven como reliquia. Sin ir más lejos el yiddish se conserva en las comunidades judías de Rusia, Lituania, Polonia y los EEUU.

Descendiente de una larga tradición de rabinos, hijo y nieto de rabinos, la infancia de Singer transcurre inmersa en la más pura ortodoxia religiosa.

Según consta en la Nota de los traductores que precede al texto, el libro formaba parte de un ambicioso proyecto de memorias, que debía ofrecernos una amplia panorámica de la vida y del entorno del autor. Su intención era escribir una trilogía de alrededor de mil quinientas páginas, de las cuales solo alcanzó a redactar los primeros veintidós capítulos, los que abarcan la vida de Singer hasta los trece años (1906), que ahora se publican.

Descendiente de una larga tradición de rabinos, hijo y nieto de rabinos, la infancia de Singer transcurre inmersa en la más pura ortodoxia religiosa. Su familia vive humildemente, si bien pertenece a una clase social de rango considerado superior por el cargo que desempeña su padre en la pequeña ciudad de Lentshin.

El escritor Israel Yevoyoshua Singer

Como corresponde a los varones de las familias judías piadosas, Israel Yehoshua es educado en el estudio de la Guemará (segunda sección del Talmud) y de la Torá, una actividad que no se corresponde con su tendencia infantil al juego y a la expansión natural. Si bien ello no se exterioriza en brusca rebeldía manifiesta, sí es evidente la mirada crítica del niño que ve y juzga desde la distancia de quien no se identifica con unas prácticas a menudo rayanas en la superstición. Ello y el enrarecido ambiente provinciano de la pequeña ciudad condicionan la atracción del niño por todo aquel que viene de fuera, sobre todo de ciudades más grandes, o que rompe los clichés clásicos.

El hecho de que tanto el padre como el abuelo sean rabinos, en Lentshin el primero y en Bilgoray el segundo, ciudad esta última que la madre y los niños visitan los veranos durante varios meses, proporciona al narrador un conocimiento amplísimo del espectro de personajes piadosos que acuden a la casa de ambos rabinos en busca de consejo o de solución a litigios. Así el lector conocerá de primera mano sus preocupaciones, sus prejuicios, sus hábitos, su carácter y a sus familias. Sin embargo, dado el talante curioso de Israel Yehoshua y su predisposición al juego al aire libre, participaremos también de ambientes menos religiosos, más humildes, así como del enfrentamiento entre los jasídim (entre los que prima el misticismo sobre el estudio del Talmud) y los mitnagdim (estudiosos del Talmud). Asimismo, a través de ciertas escenas donde se producen encuentros entre judíos y gentiles, percibimos la mirada de los primeros hacia los cristianos de su entorno.

El libro, plagado de términos hebreos y yiddish imposibles de verter al español, viene acompañado de un glosario explicativo de todos ellos y tiene el valor añadido de estar traducido directamente desde el yiddish.

Del autor se han publicado también en España, en español, las novelas Los hermanos Ashkenazi (Ediciones B, 2003; Acantilado, 2017) y La familia Karnowsky (Acantilado, 2019).

De un mundo que ya no está. Israel Yehoshua Singer. Traducción del yiddish de Rhoda Henelde y Jacob Abecasís. Acantilado, 2020. 320 páginas, 22 €.


LA AUTORA

ANNA ROSSELL (Barcelona –España, 1951). De 1978 a 2009 profesora titular de la Universidad Autónoma de Barcelona en la especialidad de Lengua y Literatura Alemanas (Filología Inglesa y Germanística) y crítica e investigadora literaria en Barcelona, Bonn y Berlín. Actualmente se dedica a la escritura creativa, la crítica literaria y la gestión cultural. Colabora regularmente en numerosas publicaciones periódicas literarias nacionales e internacionales: Quimera, Ágora de arte gramático, Realidades y ficciones, Terral, Núvol, entre otras, y en revistas especializadas de filología alemana. Entre sus obras no académicas ha publicado los libros Mi viaje a Togo (2006), El meu viatge a Togo (2014), Viaje al país de la tierra roja, Togo y Benín (2014), Viatge al país de la terra roja, Togo i Benín (2014), los poemarios La ferida en la paraula, (2010), Quadern malià / Cuaderno de Malí (2011), Àlbum d’absències (2013), Àlbum de ausencias (2014), Auschwitz-Birkenau. La prada dels bedolls/La pradera de los abedules (2015) y las novelas, Mondomwouwé (2011) y Aquellos años grises (España 1950-1975) (2012), Aquells anys grisos (Espanya 1950-1975) (2014). Es coautora del libro de microrrelatos Microscopios eróticos (2006). Cuenta en su haber con algunas traducciones literarias del alemán al español, entre ellas El Elegido, de Thomas Mann.

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