Poética esencial y humanista | «Corazón sin sueño», de Salvador Compán

El autor destaca el componente esencialista de su poética y algunos rasgos definitorios de su obra lírica como luz, conocimiento, emoción en la poesía reunida del polifacético escritor Salvador Compán.
© JOSÉ ANTONIO SANTANO

He de confesar que cada día que pasa la poesía se apodera de todo mi ser. De manera que todo lo que soy, tal vez, sea producto de mi relación íntima con la poesía, con todo lo que representa: luz, conocimiento, emoción, lenguaje, dolor, soledad, honda quietud y silencio, sobre todo silencio. Aromada la estancia con su presencia no puedo sino rendirme ante ella, dejarme llevar por el sereno ritmo de sus sílabas y adentrarme en un grandioso paraíso, seguramente minoritario, pero no por ello menos valorado. La escritura en general, y la poética en particular, nos redime de cuanto el hombre condena sin más, por pura ignominia o ignorancia. La poesía, aunque algunos se empeñen en decir que no, tiene mucho que ver con el corazón, sí, el corazón. Así lo pienso, el corazón es el único responsable de que la existencia sea o no digna. Nadie puede renunciar a esta verdad. Por eso la poesía es un viaje al solar de los asombros y el misterio, a las entrañas del conocimiento y la emoción, también hacia la búsqueda de la Belleza. La poesía no puede ser únicamente artificio, que lo es, sino algo tan importante como la emoción, que nos embriaga y nos conmueve y nos hace temblar en nuestro más íntimo ser. Esa es la poesía que hace al hombre más poeta y más hombre, la que humaniza y eleva el pensamiento hacia más alta cima, la que se vive intensamente a través de la palabra, la palabra cabal y redentora, y si es inoculada de belleza, mucho mejor. Así es, entiendo, toda la poesía contenida en el libro Corazón sin sueño, de Salvador Compán (Úbeda, Jaén, 1949). De todos es sabido que nuestro autor ha sido hasta ahora reconocido sobradamente por su obra narrativa, con la que ha obtenido numerosos galardones, pero sobre todo porque ha dejado una impronta difícil de olvidar en sus lectores.

Salvador Compán, autor de Corazón sin sueño

Cierto que “Corazón sin sueño” es su primera incursión en la lírica, su primer libro poético, pero sin duda y sobre todo de un valor extraordinario. Compila en él toda la poesía escrita a lo largo de los años y por ello su estructura tiene que ver mucho con ello. Es el tiempo el principal actor. El propio Salvador Compán dice de sí mismo que es un “poeta ocasional, de dedicación tan intermitente como intensa”, y bien que esa calidez de la ardiente intensidad que transmite está en toda esta su poesía antológica y ontológica. Su voz es sugerente y abarcadora de tiempos y espacios diferentes, pero mantenedora de un ritmo y cadencia de musicalidad arrebatadora, a la que sabe acompañar también con unas ilustraciones a vuela pluma (bolígrafo en este caso) de magnífica factura. Constituye este poemario de Compán una declaración de principios sostenida en la cita de Hipócrates: Ars longa, vita brevis (El arte es largo, pero la vida es breve). En este recorrido por la vida, su vida, lo vivido, que no es sino la experiencia, contemplada desde el conocimiento adquirido y la emoción que deriva de dicho conocimiento, el poeta nos deja un legado poético verdaderamente singular, heterodoxo, no sujeto a modas ni canones que no sean su propia voz, su íntima forma de entender el hecho poético y vivencial, de manera que los muchos y grandes hallazgos están garantizados. Es el balance que tras los años cada uno, de una manera u otra realiza, siempre al latido del corazón: «…cíñete al abrigo de lo vivido, / arrecia respirando el paso de la rabia / ensancha, no ceses de ensanchar / la viva marea del corazón». Es la marca ineludible de un gran poeta que se ocultó en la prosa toda su vida. Pero el poeta sabe que solo él puede trasdender la realidad y no se resiste al rumor de la palabra y la memoria para escribir desde la atalaya del tiempo, ahora de la adolescencia: «Con la misma urgencia de los desposeídos / al asaltar villas y palacios, / tomabas a saco las ideas prohibidas, / la ciudad y sus tesoros, / el amor y la libertad…», pero también de aquel presente de la historia de España: «…sabiendo que todas las patrias / son abominación y figuraciones / y no hay genio ni genes nacionales / y aun menos herencias obligatorias / porque toda la sangre es mezcla / y de un inevitable rojo igualitario / y ese sí podría ser el color de la patria». El poeta sigue su viaje por ciudades como su natal Úbeda: «Tienen las calles del recuerdo un olor / a trajes de domingo y cine y desamparo / vidriando la pulcra tristeza del cabello», en la esencia de una contenida melancolía, también Andalucía toda, Extremadura, Cuba, las dos Castillas o la Galicia de Fisterra como colofón, y en ellas el recuerdo a los amigos muertos ya, como Manuel Urbano, atalayero de los mejores caminos de Jaén: «Pongamos que fue en esta tierra / donde me coronó la infancia / como rey de los charcos, / bandolero de olivos / y emperador de horizontes» o a aquellos otros muchos muertos y heridos de la estación de Atocha, en su dolor inmenso: «Todo es un aluvión de pasos / pisando la extensa herida de los muertos. / No habría memoria / del grito brutal del caos / a no ser / por una sola llama de vela (…) en esa llama / caben todas las lágrimas de Atocha». El tiempo y la memoria, las ciudades, y en el centro, lo que todo lo contiene, el Amor y sus contornos, como escribe el poeta, la razón primera y última de la vida, esa necesaria e insustituible pócima del Amor: «…y acaricio el amor y tus muslos y los días / y acaricio lo contigo vivido con dedos de memoria, / iluminados por ese resplandor que de ti sale / y a mí me parece llegado de sitios encendidos / y pienso en la nieve atravesada por el sol / o en los turquesas del interior de los glaciares». Compán irá pasando así el almanaque de la vida, ese calendario de los días vividos y que hace resplandecer, con su palabra, las cosas, los objetos, la vida misma en esa cotidianidad que el poeta retrata con sabiduría, cuando escribe: “Tiene el día dimensión de ala”. Y así hasta concluir el texto con su ars poética (ars longa), que no es sino la celebración del arte, de ese esfuerzo que requiere todo trabajo importante y esencial, y ahí está el poeta en su verdad irrenunciable, en su manera de mirar el universo, el suyo y el de todos: «Corazón de piel de álamo el poeta / hasta que sepa que / un corazón solitario no es un corazón (…) hasta que Andalucía le ensanche / su multiplicado corazón de hombre / para escribir / encima de su corazón bosque, / encima de su corazón Machado / que nadie, / corazón sin sueño, / es más que nadie». Esta es la poética de Salvador Compán, esencial y humanista, sublime, abarcadora y trascendente.

Corazón sin sueño
Salvador Compán
Fundación Huerta San Antonio (2020)


EL AUTOR

JOSÉ ANTONIO SANTANO (Baena, Córdoba, 1957), cultiva la poesía, narrativa, ensayo y crítica literaria. Es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Almería, y autor de más de 20 libros, entre los que destacan: Profecía de Otoño. Premio Internacional de Poesía “Barro”. (Sevilla, 1994); Exilio en Caridemo. Premio Ciudad de El Ejido de Poesía 1995 (IEA, Almería, 1998), Íntima heredad. Accésit Premio Internacional de Poesía Rosalía de Castro,(Endymion, Madrid, 1998), La piedra escrita (Alhulia. Salobreña, 2000), finalista Premio Nacional de la Crítica 2000, Suerte de alquimia (Alhulia. Salobreña, 2003), finalista del Premio Andalucía de la Crítica 2003, Trasmar, de narrativa (Alhulia, Salobreña, 2005), Premio Andalucía de la Crítica “Ópera Prima” 2005Las edades de arcilla (Alhulia, Salobreña, 2005); Razón de ser. X Premio Internacional de poesía “Luis Feria” 2008, Caleidoscopio (IEA, 2010), Estación Sur (Alhulia, 2012), Tiempo gris de cosmos. Premio Gremio de Libreros de Almería al mejor libro de poesía 2014, (Nazarí,Granada, 2014), Memorial de silencios. Ediciones en Huida (Sevilla, 2014), Los silencios de La Cava (Alhulia, 2015),  La voz ausente (Alhulia, 2017), Lunas de oriente (Ediciones Dauro, 2018) y Cielo y Chanca (2019). Textos suyos han sido traducidos al catalán, euskera, gallego, inglés, francés, italiano, búlgaro, rumano, ruso, alemán, portugués, griego, árabe y chino. Actualmente es miembro de la Asociación Española de Críticos Literarios y de las Juntas Directivas de ACE-A (Asociación Colegial de Escritores de España, Sección Autónoma de Andalucía)AAEC (Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios). Asimismo es cofundador de Humanismo Solidario y miembro de la junta directiva de la Asociación Internacional Humanismo Solidario.