Entre abrigos extraviados y puentes literarios: encuentro entre Chequia y España en LIBER 2025

Escritores españoles y checos intercambiaron impresiones sobre la distancia que genera el idioma pero cómo gracias a las traducciones se crean puentes que demuestran que lo local es un valor capaz de cruzar fronteras. Condujo el acto Carlos Fortea en un diálogo con Magdalena  Platzová y Jiří Hájíče, como autores checos, y Aroa Moreno Durán y Rosana Acquaroni en representación de la lengua española. También estuvo presente en la mesa redonda la directora del Centro Checo de Madrid, Jana Polívková Čepeláková. 
© REDACCIÓN ACE

En la sala 14.3, en la segunda jornada de LIBER (8 de octubre de 2025), se cruzaron dos mundos que, a pesar de la distancia geográfica, comparten una misma sensibilidad: la de entender la literatura como un puente, una resistencia y, a veces, un acto de amor.

Los datos de la mesa redonda: Del checo al español y viceversa. Voces actuales y oportunidades de subvención. Con la participación de autores checos y españoles y la organización conjunta de ACE,  el Centro Checo Madrid y el Centro Literario Checo de Praga.

La cita, moderada por Carlos Fortea, escritor, traductor y profesor, reunió a dos autores checos (Magdalena Platzová, Jiří Hájíček) y dos españolas (Aroa Moreno Durán y Rosana Acquaroni) en un diálogo sobre la función de la literatura en el mundo, polarizado, crispado, tendente a los populismos, de hoy. Así, Fortea abrió la conversación con una pregunta incisiva: «¿Tiene aún un papel la literatura? ¿Sigue siendo relevante?».

Voces de Chequia

Los invitados checos eran Magdalena Platzová y Jiří Hájíček, dos nombres fundamentales de la narrativa contemporánea del país. Platzová, escritora, periodista y traductora nacida en Praga y residente en Lyon, es autora de varias novelas premiadas y traducidas a múltiples lenguas. En LIBER se leyeron fragmentos de La vida después de Kafka, un libro que explora los temas de la identidad y la memoria histórica, constantes en toda su obra. La novela ha sido traducida, con éxito, al francés y al inglés, entre otras lenguas, pero aguarda aún su momento para desembarcar en el mercado editorial en español, traducción mediante.

Hajíček, por su parte, centra su literatura en la Bohemia del sur, el paisaje rural y la memoria colectiva. Ha sido reconocido con varios premios, entre ellos el Magnesia Litera, por obras como Barroco campesino o Veleros en las etiquetas, donde aborda la soledad y la crisis vital de una mujer de 45 años en la ciudad turística de Český Krumlov.

Aroa Moreno; R Acquaroni; C. Fortea; M. Platzová; la traductora del acto; Jiří Hájíček; y Jana Polívková Čepeláková.

Resistencias y relevancias

Frente a ellos, las autoras españolas Aroa Moreno Durán (autora de La hija del comunista, traducida a siete lenguas, entre otras obras) y Rosana Acquaroni, poeta (Del mar bajo los puentes o La casa grande) y profesora en la Universidad Complutense, aportaron su visión como autoras en lengua española que han sido traducidas a otros idiomas.

Moreno reflexionó sobre el vértigo contemporáneo: «Vivimos tiempos veloces, que nos cambian incluso el cerebro. El libro es un alto, un detente. Cuando la historia se reescribe a conveniencia de los gobiernos, la literatura se convierte en un espacio para la memoria y el pensamiento crítico».

Rosana Acquaroni: «Traducir es defender la diversidad cultural».

Para Hájíček, la lectura es un ejercicio de empatía: «Leer es acompañar a otro ser humano por un tramo de su vida. Entenderlo, intentar entender sus motivaciones. La literatura nos enseña a mirar al otro».

Acquaroni, desde la poesía, recordó la fragilidad y la necesidad de la palabra en tiempos convulsos: «Después de Auschwitz —citando a Adorno— se dijo que la poesía era imposible. ¿Y después de Gaza o Ucrania? Aun así, la poesía sigue acudiendo a los lugares heridos. Es el fruto necesario para el hambre de alguien, como decía Ida Vitale».

Lenguas, herencias y puentes

El debate giró luego hacia las herencias culturales y el peso de las lenguas. Fortea planteó la relación entre el pasado alemán de Chequia y el plurilingüismo de España. En este contexto, Aroa Moreno destacó la riqueza de las lenguas cooficiales: «Me interesa mucho lo que se publica en euskera, gallego o catalán. Nos obliga a afinar la mirada, el oído. Y, por supuesto, las influencias de América Latina y de Europa, vasos comunicantes de nuestra historia común».

Hajíček, por su parte, habló desde su raíz rural: «En mi región, el alemán y el checo convivían. Kafka escribía en alemán, pero dominaba el checo. Tras la Segunda Guerra Mundial, con la expulsión de los alemanes, ese trauma marcó la literatura del país. Mis novelas recorren precisamente ese territorio y esa memoria».

Directora del Centro de Chequia de Madrid

Acquaroni subrayó el papel crucial de los traductores: «En España tenemos la joya del euskera, lengua prerrománica, que puede recordar a la situación del checo frente al alemán. Traducir es resistir. Traducir es defender la diversidad frente al pensamiento único que hoy amenaza con imponerse, incluso con la ayuda de la inteligencia artificial».

Y recordó cómo tuvieron que pasar muchas décadas para que obras como Cómo guardar ceniza en el pecho, de Miren Agur Meabe, obtuvieran distinciones como Premio Nacional de Poesía pese a haber sido escrita originalmente en euskera (algo que llamó con Un tranvía en SP, de Unai Elorriaga, Premio Nacional de Narrativa en 2002). Y, precisamente, Leire Bilbao acaba de ganar el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil con una obra editada únicamente en euskera, lo que habla de la fuerza cada vez más pujante de las distintas lenguas cooficiales que conviven en España.

Platzová añadió una reflexión íntima sobre la escritura entre lenguas: «Vivo entre el checo, el francés y el inglés. Eso enriquece, pero también complica la expresión espontánea. Escribir es como traducirse a una misma, y encontrar en cada idioma una forma distinta de expresar lo que esconde nuestra alma».

La traducción como acto de amor

Tras esas consideraciones más genéricas, el diálogo avanzó más hacia la traducción, entendida no solo como puente cultural, sino como gesto de ternura.

Aroa Moreno lo resumió así: «Lo más bonito que me ha dado escribir es que alguien, en otra lengua, lea y sienta lo que una escribió. Que una lectora rusa se emocione con una historia vasca. Esa es la magia de la literatura». También habló del respeto que le generaba que una historia como la que cuenta en La hija del comunista, que transcurre en la RDA, no se entendiera en Alemania o no fuera bien recibida. Pero nada más lejos de la realidad; es más, era un relato que no se había abordado hasta entonces y la recepción fue a pedir de boca.

Hajíček coincidió con esa sensación y habló de cómo sus relatos rurales han encontrado eco en Alemania: «Los temas locales son como especias. Aunque hablen de fábricas cerradas o campos abandonados, resuenan universalmente». Se refería al cierre de viejas factorías acusadas de problemas de radioactividad y a cómo las grandes corporaciones han entrado, como elefante en cacharrería, en el agro checo para comprar empresas pequeñas y poco a poco expulsar a los pequeños focos de producción.

«El libro es un alto, un detente, una resistencia», Aroa Moreno.

Y Acquaroni cerró el círculo: «No creo tanto en los grandes proyectos culturales, sino en la traducción como un acto de amor. Clara Janés nos trajo poetas checos porque los necesitaba. Eso sigue siendo lo más valioso: el impulso íntimo que mantiene vivo el diálogo entre lenguas».

El abrigo de Janés

Fue entonces cuando se produjo el momento mágico de la sesión: Magdalena Platzová narró la historia real detrás de La vida después de Kafka. Todo comenzó —contó— con un abrigo olvidado por Clara Janés en Praga. Ese abrigo viajó hasta Madrid, en manos de una joven traductora checa, Adriana Krásová, más tarde directora del Centro Checo de Madrid, y que se encargaría de traducir al checo La voz de Ofelia (libro que, a su vez, aborda la relación de Janés como traductora de los poetas más importantes de República Checa, como Vladimír Holand).

Este libro lo leyó Platzová, entonces joven redactora en la revista Respekt, y fue un artículo tan inspirado, tan lleno de ese amor del que hemos hablado, que llegó a ojos del director de la New York University in Prague, que le propuso trabajar en un curso sobre Kafka que se iba a celebrar en dicho centro. Esto le permitió a Platzová profundizar sobre el autor de La metamorfosis, en una pasión literaria que daría como fruto su La vida después de Kafka, obra que, como se ha dicho, permanece aún inédita en español, a falta de que un traductor o traductora, con el apoyo editorial necesario, aborde el reto.

Jiří Hájíček: «Leer es acompañar a otro ser humano por un tramo».

Fortea concluyó el encuentro con un mensaje optimista: «Si las traducciones entre Chequia y España dependen de un abrigo, esperemos que muchos se lamenten de haberlo olvidado».

Aunque las palabras finales las pronunció el embajador de Chequia en España, Libor Sečka, que dejó claro el deseo de acercar a ambos países, porque hay muchos autores que aún no se conocen. Así, recordó la puesta en marcha de la campaña Vecinos sin frontera común y comentó que Chequia y España comparten el podio europeo en producción de automóviles —números tres y dos respectivamente—, pero en el terreno de los libros recalcó el hecho de ser naciones lectoras. «Si no hay más autores checos en las librerías españolas, no es por falta de calidad, sino por puro desconocimiento». Y lamentó que a veces exista una especie de «pared de cristal» entre ambas naciones. «En la Unión Europea se han olvidado las relaciones bilaterales, y nosotros queremos cambiar eso», concluyó.

 


 

Del checo al español y viceversa. Voces actuales y oportunidades de subvención
Con la participación de autores checos y españoles y la organización conjunta de ACE,  el Centro Checo Madrid y el Centro Literario Checo de Praga.

8 de octubre, Madrid, LIBER 2025