Cómo poner freno a los abusos de la IA con los autores

El ciclo ‘Escribir y sus circunstancias’ volvió el pasado 30 de septiembre con un tema que preocupa cada vez más a los autores: ¿qué terreno nos está comiendo la Inteligencia Artificial? En la mesa redonda participaron Ramón J. Soria, coordinador del II Libro Blanco de ACE sobre IA, Manuel Rico, presidente de ACE, y Carme Riera, presidenta de CEDRO, y la moderó Carmen Cuartero, directora de Comunicación de CEDRO.
© REDACCION ACE

El ciclo ‘Escribir y sus circunstancias’ volvió el pasado 30 de septiembre con un tema que preocupa cada vez más a los autores: ¿qué parte de la tarta se está comiendo, sin consentimiento ni información al respecto, la Inteligencia Artificial? Bajo el título de La vida del escritor en tiempos de IA: ¿Qué nos dice el Libro Blanco, Escribir y traducir en tiempos de IA, de ACE, se celebró un revelador coloquio moderado por Carmen Cuartero. El II Libro Blanco de ACE, presentado el pasado junio (y que se puede despegar a golpe de clic aquí), sirvió de piedra de toque para trenzar un apasionante debate no en contra de la Inteligencia Artificial, pero sí de los abusos que a día de hoy se cometen en muchas plataformas que usan contenidos sujetos a derechos de autor sin el consentimiento de sus autores.

Así, esta nueva sesión del ciclo Escribir y sus circunstancias, promovida por ACE, CEDRO y con el apoyo de la Biblioteca Nacional de España (si no pudiste acudir, puedes ver el video íntegro pinchando aquí), lanzó preguntas incómodas como la siguiente: ¿Está la inteligencia artificial erosionando el terreno de la creación literaria?

El escritor Manuel Rico, presidente de ACE, fue tajante: «Lo que hace unos años era un riesgo incipiente se ha agigantado y está penetrando por todos los intersticios de la creación literaria». Según recordó, la mayoría de los autores rechaza la IA como herramienta creativa y reclama a las administraciones y entidades de gestión una respuesta firme. «Las organizaciones autorales deben actuar al respecto», dijo, subrayando que la conciencia colectiva de los escritores ha sido capaz de unirse en otras ocasiones firmando manifiestos —en defensa del medio ambiente, contra el genocidio en Gaza— y debe volver a hacerlo ante este nuevo desafío.

La académica y escritora Carme Riera, presidenta de CEDRO, no se quedó atrás. «Si la IA llegara a superar la creación de los autores, estaríamos al fin del mundo. Lo único que puede hacer es copiar: es un replicante», ironizó. Contó cómo, en verano, mientras hacía pedagogía sobre derechos de autor, se encontró con lectores fascinados por la tecnología: «Me fío más de un robot que me opere que de un médico que haya bebido unas copas, me decían. Pero la IA es mala en algunos aspectos, sobre todo cuando suplanta la inteligencia creadora».

De izq. a dcha: Manuel Rico, Carmen Cuartero, Ramón J. Soria y Carme Riera

Riera alertó también del impacto en el empleo cultural: «Traductores, periodistas, escritores jóvenes… todos están en riesgo. He visto colas de chicas para comprar libros escritos con IA. Me parece dramático». En el debate se abordaron los esfuerzos de CEDRO para vigilar y documentar los usos indebidos de contenidos protegidos. Riera detalló que la entidad mantiene contacto con IFRRO, (Federación Internacional de Organizaciones de Derechos de Reproducción), y con plataformas como Common Crawl para exigir la retirada de textos tomados sin autorización. «Hay 40.000 autores pirateados por webs que alimentan a la IA», dijo. El objetivo, subrayó Riera, es claro: consentimiento de los autores, remuneración justa y transparencia.

Los ponentes también pusieron el foco en la educación. Rico relató su experiencia como jurado en un certamen de poesía escolar en Alcalá de Henares donde los profesores identificaban trabajos elaborados con IA para descalificarlos. «Es fundamental que el profesorado sea beligerante, porque ahí se está configurando la sensibilidad literaria de los alumnos», advirtió. Riera, por su parte, defendió la «IA natural» —la inteligencia humana— y lamentó que en las aulas se pierda el rigor y la capacidad de pensar por sí mismos. Tanto es así, que Riera sugirió «prohibir» el uso de herramientas como ChatGPT en los centros de enseñanza, pues la merma que hacen de su espíritu crítico, entre otras facultades que dejan de ejercitarse, le parece preocupante desde el punto de vista de la educación.

Informe detallado sobre la realidad de la IA

El escritor Ramón J. Soria, que ha dirigido la elaboración del II Libro Blanco del Escritor (ACE), centrado en los peligros de la IA, aportó ejemplos del mercado editorial digital en un contexto en el que Amazon ha tenido que restringir el autopublicar más de tres libros al día en Kindle (Direct Publishing) para evitar el aluvión de títulos fabricados con IA, normalmente refritos de autoayuda procedentes de otras obras para saciar demandas concretas. «Nos están robando con descaro», resumió Soria. Y lanzó una pregunta inquietante: ¿Cuántos lectores consumen ya textos generados por máquinas sin saberlo?

Después, puso el ejemplo de Aitana López, un bot que triunfa en Instagram, con casi 400.000 seguidores, donde ofrece todo tipo de contenidos pero también de productos comerciales, pero con una audiencia que sabe que es un personaje creado por IA, algo que no siempre tendrán tan presentes los lectores que consuman libros elaborados (escritos sería mucho decir) por herramientas como ChatGPT u otras plataformas de Inteligencia Artificial Generativa.

En el plano jurídico y fiscal, los representantes de ACE reclamaron que todos los contratos incluyan cláusulas que impidan usar los textos en entrenamientos de IA y que la declaración de la renta contemple de manera específica los ingresos por derechos de autor, como ya existe una casilla para rentas por alquileres inmobiliarios o depósitos bancarios.

También se habló de crear un sello de garantía que certifique que un libro ha sido escrito por una persona, no por una máquina. «En un futuro de invasión de libros producidos por IA, este sello será la garantía para los buenos lectores», apuntó Rico. Asimismo, el presidente de ACE recordó que la Authors Guild es una organización estadounidense («gremio de autores») que protege los derechos de los escritores y que el pasado febrero lanzó el sello «Human Authored» que certifica libros creados por humanos.

«Traductores, periodistas, escritores jóvenes… todos están en riesgo».

El turno de preguntas, como suele ocurrir en estas sesiones celebradas en la Biblioteca Nacional, permitió repensar algunas de las cuestiones planteadas. Así, uno de los asistentes hizo referencia a la Serie de la Fundación, la colección de ciencia-ficción de Isaac Asimov, en la que, dijo, «al final es la Inteligencia Artificial la que salva a la humanidad». Y mencionó también la película de Spielberg, AI, de 2001, en la que un robot es quien da testimonio, una vez devastada la civilización, de su legado. «Es un reto que tenemos que superar —concluyó el oyente—, pero recordando, como nos enseñó Cervantes, a distinguir molinos de gigantes».

El acto terminó con un tono entre combativo y melancólico. Se recordaron modelos aplicados en países nórdicos como Noruega, donde un acuerdo entre Gobierno y asociaciones de autores ha reconocido con pagos retroactivos el uso de material periodístico para IA. «Allí el autor es casi una persona sagrada, porque crea cultura para la sociedad y construye la conciencia colectiva», concluyó Rico. Y sentenció: «El legado de Delibes o Cervantes no lo va a escribir una IA».

Los ponentes, con Ángel Martínez Roger, tras el coloquio

 

La vida del escritor en tiempos de IA: ¿Qué nos dice el Libro Blanco Escribir y traducir en tiempos de IA de ACE?

Sesión del ciclo Escribir y sus circunstancias

30 de septiembre de 2025, Biblioteca Nacional de España