El atlas de los invisibles

Carmen Peire nos ofrece en Mapas de asfalto una novela social con toques fantásticos sobre los personajes más olvidados de la sociedad en un ejercicio de memoria colectiva y dignidad obrera que no renuncia a la épica de la esperanza. 
© RECAREDO VEREDAS

Carmen Peire ha escrito una novela sumamente original. Así ocurre porque Mapas de asfalto no solo reivindica la existencia y complejidad de quienes viven en los márgenes de la sociedad, sino que también introduce un toque fantástico y consigue un más allá coherente, que rompe lo que el lector espera de una novela realista. Tal innovación, pese a su dificultad, no resta a la novela verdad y compromiso social. Peire refleja un mundo donde viven millones de personas y que, sin embargo, no tiene su sitio en la narrativa española actual.

La historia que nos cuenta es, en apariencia, sencilla: la de Hércules León, un emigrante rural estafado que llega al sur de Madrid con un título falso de barrendero. Su paso por la ciudad es breve, pero deja una profunda huella a quienes le conocieron. Las vidas de estos conforman todo un atlas de los invisibles. Bajo la aparente simpleza de esa premisa, aparece una obra de notable ambición literaria. Igual que don Quijote nunca ve molinos, Hércules se empeña en que, al barrer las calles del Distrito Sur, pasa la escoba por todos los países y regiones del planeta.

Peire ha creado un personaje memorable, un idealista cuerdo que encuentra en la dignidad del trabajo humilde su particular forma de caballería andante. Es una creación que nos hace pensar sobre la omnipresencia del malismo y en cómo puede crearse una épica de la bondad.

Edita Menoscuarto

La estructura narrativa es inteligente y contiene una reflexión profunda sobre la necesidad de preservar la memoria de quienes construyeron la España democrática desde abajo, desde los márgenes. En cierto sentido, la novela construye un puente generacional que convierte la memoria en patrimonio transmisible, construyendo una meditación sobre la fragilidad de la memoria colectiva.

Peire, hija del exilio republicano, nacida en Caracas en 1952 y afincada en España desde 1965, aporta a esta novela su experiencia como escritora, gestora cultural —es presidenta de la Asociación de Mujeres Escritoras e Ilustradoras— y especialista en la obra de Max Aub. Su residencia durante años en Vallecas le proporciona esa autenticidad que solo otorga la experiencia vivida, esa mirada desde dentro que permite construir personajes creíbles lejos de los estereotipos que suelen poblar la literatura de temática social.

Los personajes que pueblan el mundo de Hércules —Negro Smith, Juana la Cheviste, Flametti, Pepe el Tuercas, Montse— no son arquetipos o clichés sino individuos complejos, cada uno con su propia historia de supervivencia y resistencia, que nunca aparecerá en Instagram o en las historias de superación habituales. Como explica la propia autora: «Ninguno de los personajes es idiota, todos son conscientes de su situación, pero intentan capear con ella lo mejor que pueden con la mayor dignidad posible».

Peire les otorga la dignidad literaria que merecen, sin condescendencia ni paternalismo. El elemento fantástico surge cuando Hércules muere y adquiere una voz en off que le permite viajar por ese universo cósmico que siempre imaginó mientras barría las calles madrileñas. La dimensión sobrenatural no se siente como añadido postizo, sino como culminación lógica de la visión poética del protagonista, la materialización de esa capacidad de transformar lo cotidiano en extraordinario que caracteriza a los grandes soñadores.

Peire demuestra que novela social y la calidad literaria son compatibles.

Entre estos personajes destaca especialmente Montse, la trabajadora social que conecta el mundo institucional con el de los márgenes. A través de ella, Peire explora tanto las limitaciones del sistema de protección social como las complejidades de la identidad sexual y afectiva. Montse mantiene una relación amorosa con la narradora que trasciende las categorías convencionales, en una exploración sutil y nada complaciente de los amores diversos. Su figura representa la tensión entre la vocación de ayuda y las limitaciones estructurales de una sociedad que produce sistemáticamente exclusión.

Carmen Peire

Carmen Peire actualiza el realismo social

La novela dialoga inteligentemente con nuestro presente. En tiempos en que la gentrificación borra los rastros de aquella España obrera que se construyó a sí misma, cuando la crisis de la vivienda devuelve a las calles a nuevos desarraigados, Mapas de asfalto funciona como recordatorio de que la esperanza puede ser una cuestión política.

El estilo de la autora es deudor de esa tradición realista que hunde sus raíces en la mejor narrativa social europea, pero sin renunciar a una poética propia que encuentra en lo cotidiano material para la épica menor. Hay ecos de los grandes maestros: desde el Dickens de Tiempos difíciles hasta el Steinbeck de Las uvas de la ira, desde el Baroja de La lucha por la vida hasta la Gopegui de La conquista del aire. Pero Peire no imita, sino que actualiza esa tradición, la dota de nuevos significados. Sus descripciones del Madrid periférico de los ochenta funcionan como testimonio histórico y como metáfora de la condición humana. El Distrito Sur se convierte, bajo su pluma, en territorio universal, en geografía del alma donde se libran las batallas más importantes: las de la dignidad contra la desesperanza, las de la solidaridad contra el individualismo.

Esta es una novela que reivindica la literatura como espacio de resistencia contra la invisibilización de los vulnerables, contra esa tendencia a convertir en fantasmas a quienes no consumen según los parámetros del mercado. Peire demuestra que el compromiso social y la calidad literaria no solo son compatibles, sino que se potencian mutuamente cuando están en las manos adecuadas.

 

 

Mapas de asfalto, Carmen Peire, Editorial Menoscuarto, 2024, 256 páginas, 20,90 €.


EL AUTOR

RECAREDO  VEREDAS  (Madrid, 1970) ha estudiado Derecho, Edición y Creación Literaria. Ha publicado diez libros. Incluye los poemarios Nadar en agua helada (Bartleby, 2012) y Esa franja de luz (Bartleby, 2019), el ensayo No es para tanto (Sílex, 2016), la recopilación de testimonios Todo es verdad (Sílex, 2020), las novelas Deudas vencidas (Salto de Página, 2014) y Amores torcidos (Tres Hermanas, 2021), las colecciones de relatos Actos imperdonables (Bartleby, 2013) y Pendiente (Dilema-Escuela de Letras 2004) y el manual Cómo escribir un relato y publicarlo (Dilema-Escuela de Letras, 2006). Ha trabajado para diversas editoriales, entre las que destaca Alfaguara. Ha sido profesor en la Escuela de Letras y en Fuentetaja. Ha reseñado, entre otros medios, en Quimera, ABC, Política Exterior,  Letras Libres y Revista de Letras. Su última publicación tras Vida después del sueño (Sílex, 2021), co-escrita con el editor Ramiro Domínguez Hernanz, es Soberbia (De Conatus, 2024).