Sin la aportación a la literatura universal de Julio Cortázar sería difícil entender, en toda su profundidad la literatura moderna en castellano. Rayuela fue libro de cabecera para varias generaciones de lectores. Y referencia inexcusable de no pocos escritores contemporáneos.
Unos ojos grandes e inquisitivos más separados de lo normal, un pitillo en los labios y una barba abundante y cuidada, éstos son los rasgos distintivos del escritor Julio Cortázar. Nació casualmente en Bruselas en 1914 donde estaba destinado su padre como diplomático argentino. Cultivó en sus primeros años el cuento fantástico al igual que su compatriota Borges. Es considerado como uno de los escritores del llamado “Boom hispanoamericano». Sin embargo, sus relatos se escapan de lo fantástico para hablar de lo cotidiano. En 1951, después de haber vuelto a su ciudad, Buenos Aires, regresa a Europa, en concreto a París en 1951 gracias a una beca. A pesar de su forma de entender la literatura, al margen del realismo mágico, fue considerado como una de las grandes figuras del “Boom”. Cortázar fue un activista político y su obra maestra Rayuela sigue resonando en las mentes de los lectores como la gran novela del siglo XX. El instinto, el azar, el juego de los sentidos, el goce y el humor lo identifican. Fue un escritor, quizá el primero en romper con el orden cronológico y espacial. Murió en París en 1984. Una escritora y filósofa, Mariángeles Fernández, y tres escritores, Juan Carlos Chirinos, Jesús Marchamalo y Hernán Rivera Letelier reflexionan en voz alta sobre su visión de la vida y la obra del creador de la Maga.
Mariángeles Fernández
Mariángeles Fernández evoca sus primeras lecturas, a los catorce años, de Cortázar. Y reflexiona sobre el comienzo de su dedicación a la literatura cuando era niño en el Buenos Aires de los años veinte y treinta y cómo aquella experiencia infantil se refleja en su obra. Subraya el empeño de Cortázar en autodefinirse poeta y hace un recorrido por sus lecturas: Julio Verne, Edgar Allan Poe, Isak Dinesen, John Keats, Rilke…
Juan Carlos Chirinos
«Es hablar de nosotros y Cortázar«. Chirinos recuerda su contacto con la obra cortazariana en sus años universitarios y el papel que jugó como referente generacional. Destaca que sus Cronopios lo convirtieron en un ser familiar para él y para sus compañeros de estudios. Resalta el papel que jugó en los años 70. «A Cortazar hay que regresar siempre», afirma.
Jesús Marchamalo
Magia y compromiso. Sobre esos dos elementos, Jesús Marchamalo nos habla de la «propuesta imaginativa y azarosa» de sus obras. Resalta sobre todo sus libros en prosa y los relatos como reflejos de la riqueza de su imaginación y de su lenguaje.
Hernán Rivera Letelier
Rivera Letelier nos cuenta cómo conoció, emocionado y con un profundo dolor, el momento de la muerte, en París, del creador de la Maga. «Creo que Cortázar es el escritor que me enseñó que el humor podía entrar en la literatura, que no había que ser solemne para escribir».