De aquellos polvos, estos lodos: actualidad de Joaquín Costa y su ideal regenaracionista

Calenda Libros ha realizado un trabajo loable con la recuperación de Oligarquía y caciquismo, la obra más representativa del pensamiento político de Joaquín Costa, con un completo estudio introductorio del profesor Manuel López Forjas y un epílogo de Francisco Sosa Wagner. ¿Debemos leer hoy a Costa? ¿Cómo hacerlo? El autor del siguiente artículo desgrana algunas claves al respecto.
© EDUARDO LAPORTE

Bastan tres palabras (y una es una conjunción) para entender el siglo XIX español. Son las que dan título a una de las obras más valiosas del regeneracionista español Joaquín Costa (Aragón, 1846-1911). Hablamos de Oligarquía y caciquismo, una obra publicada por vez primera en 1901 y cuyo rotundo título completo era y es el siguiente: Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España: urgencia y modo de cambiarla.

En Calenda Libros han optado por la versión reducida de ese título-manifiesto en aras de devolver a Joaquín Costa a la actualidad que, más de un largo siglo después, demanda. Con importantes matices, eso sí, como veremos, pero sin olvidar lo esencial de un mensaje que no solo mantiene vigencia, sino que es necesario recuperar, pues los tics más lacerantes de esa herencia política, la de la oligarquía y el caciquismo como modus operandi de la clase política, distan mucho de ser erradicados de las élites dirigentes. Como muestra bastan un par de botones recientes en los presuntos casos de corrupción, clientelismo y abuso de poder político en lo más alto de la cúspide de las presidencias de Rajoy y Sánchez, como los que salpican a Santos Cerdán y a Cristóbal Montoro y, por tanto, a sus respectivos gobiernos.

Edita Calenda

Así, lo que hoy se conoce, de modo eufemístico, como «red de influencias», ya Costa lo definió con precisión al señalar a los oligarcas, a los caciques que, por su apego a los ámbitos de poder, lo que hicieron fue laminar el prestigio de la democracia, tanto como para que el propio Costa llegara a proponer la «desafortunada» expresión del «cirujano de hierro». El adjetivo es de Manuel López Forjas, doctor por la Universidad Autónoma de Madrid, y autor del estudio introductorio de la obra que comentamos, pero también de la obra El joven Joaquín Costa: filosofía, cultura y educación (1864-1881), que se puede leer como una biografía intelectual de quien está considerado cabeza del regeneracionismo español.

El conocimiento del personaje por parte de López Forjas queda patente en el estudio introductorio, donde sitúa a Costa en su posición de valedor del pueblo como fermento de la democracia: «Creía que era posible cambiar la estructura política del país empoderando a los campesinos». Porque creía firmemente, sostiene López Forjas, en que el paso realmente efectivo hacia una sociedad democrática no dependía tanto de las ideas, como de los hechos, las medidas concretas, y en aquel tiempo las más directas eran, en una sociedad fuertemente agraria como la española, al campo, a la tierra.

Respecto a la «política quirúrgica», para la que, se entiende, se precisaría la figura del citado «cirujano», no se trata tanto un llamado a los dictadores que, por desgracia, llegarían a enseñorearse en España del XX, como un deseo de borrar de un plumazo a la casta inoperante que poblaba tanto el Parlamento como la administración pública. Medidas que, recuerda López Forjas, debían complementarse otras «de mediano y largo plazo, como la revitalización del campo español, la mejora de las condiciones sociales y de vivienda de los obreros, la articulación de un programa de educación nacional y la reforma del código civil».

No obstante, no deja ser controvertido y chirriar hoy buena parte de lo vertido en el capítulo, ya entrando en la obra de Costa, titulado «Acción personal: política quirúrgica», en el que se habla con cierto optimismo por no decir candor de la figura de un «libertador que ha de sacar a la nación del cautiverio en que gime». Dicho esto, este sentir podría ayudar a entender la historia de España en el siglo XX y cómo se aplaudieron o, cuando menos, toleraron dictaduras como la de Primo de Rivera o su alumno aventajado Francisco Franco. La dictadura, y la adhesión a su causa, como populismo añejo que se ve como la solución a todos los males de una nación en apuros. Hoy, estos tics hacia el personalismo más antidemocrático lo vemos en el culto a dudosos líderes de masas como Trump en Estados Unidos, Nicolás Maduro en Venezuela o Viktor Orbán en Hungría.

Resulta estimulante leer la preocupación de Joaquín Costa sobre los males de España.

El libro sirve también para entender algunos reproches que se han hecho tradicionalmente a Costa cuando muestra sus reservas al régimen parlamentario, como si con ello pusiera en solfa la idoneidad del sistema democrático. Nada más lejos: lo que critica Costa es la capacidad de los dirigentes de la época para ejercer con responsabilidad y altura de miras su trabajo, como demuestra al ensalzar la «educación política y el respeto que se guarda a la moral» en Inglaterra, lo que se traduce, según sus palabras, en un régimen parlamentario que es «cosa seria y sincera». Mientras que en España, con gobernadores civiles y caciques como dos caras de la misma moneda de la corrupción, la situación, dice, citando a Gumersindo de Azcárate, no pasa de «una parodia ridícula en que todo es farsa y mentira».

Al margen de estas cuestiones, resulta estimulante leer la preocupación genuina, insobornable, de Joaquín Costa sobre los males de España, país, entonces, aún por hacer institucional y socialmente, y cómo estos lamentos, salvando las distancias, no han dejado de tener vigencia. Es más, no deberíamos dejar de proferirlos en el camino hacia una democracia realmente sólida, libre de chanchullos y mordidas, y que sea un instrumento para una sociedad civil más madura y capaz.

Con ese aliento, la editorial Calenda lleva un tiempo publicando libros de autores españoles cuya voz sigue siendo válida para entender la España y Europa actuales, como, precisamente, Locuras de Europa, de Diego Saavedra Fajardo, o Los artículos políticos de Mariano José de Larra, títulos que han visto la luz en este 2025.

 

Oligarquía y caciquismo, Joaquín Costa, con prólogo de Manuel López Forjas y epílogo de Francisco Sosa Wagner, Calenda Libros, Madrid, 2025, 192 páginas, 23,65 euros


EL AUTOR

 

Foto Berta Delgado. YANMAG

EDUARDO LAPORTE. Escritor y periodista cultural. Nacido en Pamplona en 1979, reside en Madrid desde 2005. Ha publicado libros como Luz de noviembre, por la tarde, o La tabla, en Demipage, así como un diario íntimo en la editorial Pamiela y su particular visión sobre Baroja en Ipso Ediciones.

En 2021, publicó otra entrega de su Diario a ninguna parte en la editorial papeles mínimos bajo el título de Tiempo ordinario y la primera biografía en español sobre Battiato (tras la de Margaretto de 1990) en el sello Sílex: En presencia de Battiato. En 2024, ha reunido su visión sobre su tierra natal en Navarra-Madrid, también en Sílex.

En enero de 2025, está prevista la publicación, en Sr. Scott, de La vida suspendida, la historia de un duelo minúsculo. Es socio de ACE y, desde 2024, coordinador editorial de República de las Letras.

 

 

 

 

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