En Hasta dónde el daño, Fer Gutiérrez profundiza en la introspección y el dolor a través de una poesía íntima, fragmentaria y reflexiva, marcada por la infancia y la vulnerabilidad, en ochenta composiciones breves y que se puede leer en flujo.
© JESÚS CÁRDENAS
Tras Todos los febreros cada dieciocho (La Garúa Editorial), Fer Gutiérrez (Badalona, 1965) continúa explorando los confines de la desolación en Hasta dónde el daño (RIL Editores). Su discurso poético se fundamenta en la introspección y en la búsqueda de una fórmula expresiva que emerge del recogimiento. Así, el sujeto se desnuda frente al mundo, exhibiendo su fragilidad, vulnerabilidad e indefensión. Como señala Laura Giordani en el prólogo, se trata de «una escritura poética con vocación de intemperie, pero que no nos abandona en ella, sino que abriga y recuerda ese lugar en el olvidamos la llave del sótano donde nuestra infancia se encuentra cautiva». En suma, una poética intimista y elegíaca, que nos sacude hasta lo más recóndito, provocando una reflexión existencial.
Hasta dónde el daño se compone de ochenta composiciones breves, sin títulos, agrupadas en dos secciones, al igual que en su primera entrega. Ambas secciones, lejos de ser dispares, se presentan como la cara y la cruz de la existencia, la causa y la reparación del daño, complementándose y cohesionándose de forma armoniosa. Gracias a la numeración de los poemas, el lector se enfrenta a una sucesión indomable que puede ser leída cronológicamente, aunque también podría explorarse de forma aleatoria, sin perder su sentido.

Publicado por Ril Editores – AErea
Fer Gutiérrez reafirma su apuesta por poemas que fluyen libremente, sin las ataduras de signos ortográficos y con versos encabalgados (cuyas pausas se sugieren mediante dobles espacios). Si bien su disposición entrecortada podría dar la falsa impresión de una composición improvisada, sus versos trascienden de la anécdota y nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia existencia.
A modo de presentación de las secciones, se encuentran dos versos plenos de fulgor, que anticipan el sentido que el poeta desea transmitir: El bosque responde a los gritos con pájaros / el ser humano con violencia.
La primera sección, titulada «Y el hombre qué lejos», plantea numerosas interrogantes en torno al célebre lema homo hominis lupus, reconociendo que la acción humana es, en gran medida, la causa del daño. El sujeto se confiesa: «Fue difícil desnudarme / nada de lo que muestro / recuerda aquello que aprendí // imploro el perdón de los espejos». En su búsqueda, regresa al paraíso perdido cernudiano, a la niñez, donde una mirada primigenia, asombrosa y pura le permite prolongar el redescubrimiento de todo: «He mendigado pájaros / para desprenderme del todo / de la niñez que canta». En la segunda parte, se verá la idea de pureza en la imagen de un momento de inocencia y esperanza, que resuena en la búsqueda del autor: «cuánta pureza en el inicio del alba!». De este modo, surge un diálogo sobre la propia identidad y la condición humana: «¿Quién no es vulnerable nada más nacer? // frágil peregrinaje / hacia los palacios de la desnudez».
Como señalé al reseñar su primer libro, la poesía es para Fer Gutiérrez el exilio de uno mismo, un axioma que se mantiene vigente en esta entrega. No obstante, en Hasta dónde el daño, la identidad se persigue fuera de lo corpóreo, pues el reconocimiento del cuerpo aleja al sujeto de la niñez, especialmente tras un incidente traumático: «Hubo un momento en que el cuerpo / dejó de ser hogar».
Al componer textos tan breves, la expresión se concentra en versos que nos transportan a imágenes oníricas de la infancia y a reflexiones de la adultez. Esta confrontación entre la experiencia adulta y la inocencia infantil se manifiesta en diversos poemas: «Dudo / y aquella inocencia / ya no vuelve // abunda la impureza»; y también en: «Dormir con la luz apagada / ya no era el miedo / […] / la búsqueda de otros espacios donde esconderse».
Fer Gutiérrez reafirma su apuesta por poemas que fluyen libremente.
No hay árbol que no sepa que puede arder / por eso escribo para no evitarme. Con estos versos en cursiva, se introduce la segunda sección, que continúa dejándonos expuestos al asombro y a la fragilidad: «Como la primera lluvia / sobre el primer hombre / sorprendiéndose». Asimismo, alude a los días de pandemia: «dicen / que en estos días de confinamiento / el canto de los pájaros ha cambiado // tal vez sea ese el inicio».
En esta segunda mitad del poemario, se percibe una esperanza que emerge del daño recibido, un camino desde la oscuridad hacia la luz. En palabras de Gutiérrez: «Desde el daño / asoma una brizna de luz / […] sin el más mínimo temor a la ceguera».
Hasta dónde el daño, de Fer Gutiérrez. Ril Editores – AErea, Barcelona, 2024.
EL AUTOR
JESÚS CÁRDENAS (Alcalá de Guadaíra, Sevilla, 1973) es profesor de Lengua Castellana y Literatura. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla.
Como investigador literario, ha escrito ensayos y dado conferencias sobre Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, García Lorca, Pier Paolo Pasolini… Como crítico literario colabora con reseñas en diferentes revistas literarias.
Hasta la actualidad es autor de los libros de poemas: La luz de entre los cipreses (Sevilla, 2012), Mudanzas de lo azul (Madrid, 2013), Después de la música (Madrid, 2014), Sucesión de lunas (Sevilla, 2015), Los refugios que olvidamos (Sevilla, 2016), Raíz olvido, en colaboración con Jorge Mejías (Sevilla, 2017), Los falsos días (Granada, 2019) y Desvestir el cuerpo (Madrid, 2023).
Jesús Cárdenas es socio de ACE.