La novela policíaca convertida en arte

En esta ocasión Quirke, el médico forense. vuelve a ser el protagonista de esta nueva novela de Benjamin Black, el seudónimo del escritor irlandés John Banville, que regresa a ese personaje ya conocido por los lectores para desentrañar la madeja del misterio de un nuevo caso policíaco elevado a literatura de calidad.
© ANA ALEJANDRE

El seudónimo que John Banville firmas sus novelas de intriga, Benjamin Black, narra con su maestría de siempre la historia protagonizada por el inefable forense, doctor Quirke. En este caso, ante un presunto suicidio que investiga con la colaboración del doctor Strafford, personaje creado por Benjamin Black en Pecado, en el que va a ser su primer caso de colaboración conjunta.

Todo comienza en 1945, cuando, recién finalizada la guerra, algunos alemanes tienen que huir del país. Después de un agotador viaje, un hombre llega a un antiguo monasterio franciscano situado frente a los Dolomitas (conjunto de macizos montañosos en los Alpes orientales italianos, al sur de la cadena principal alpina, casi en su totalidad incluidos en las regiones del Véneto). Una vez allí, no solo encontrará el refugio necesario, sino que llegará a firmar un pacto.

Una década más tarde, el doctor Quirke está intentando superar la trágica muerte de su esposa, por lo que se ha instalado en casa de su hija Phoebe. Es entonces cuando aparece, en un garaje de Dublín, el cadáver de una joven estudiante, Rosa Jacobs, y todo parece indicar que es un suicidio. Sin embargo, Quirke y el inspector Strafford que colaboran juntos en un caso por primera vez, a pesar de sus distintos métodos de investigación no siempre compatibles, provocan una cierta tensión entre los investigadores que aumenta a medida que avanzan en la resolución del caso.

Ambos sospechan que se trata de un asesinato, coincidiendo así con la opinión de la hermana de la víctima, una periodista que decide también involucrarse en la investigación llevada a cabo por el forense y el inspector que no deja indiferente al primero.

A medida que la investigación prosigue, el misterio aumenta cuando llegan a saber que existen vínculos entre Rosa, la víctima, con el hijo de una millonaria familia alemana que se trasladó al condado de Wicklow después de finalizar la II Guerra Mundial y tiene negocios en Israel. Los investigadores se preguntan si podrán resolver el enigma que se encierra en la muerte de Rosa mientras sus relaciones se vuelven más tensas cada día.

Esta novela es la novena entrega de la serie Las hermanas Jacobs y en esta obra se vuelve a poner de manifiesto la gran maestría narrativa y estilística de su autor que se pone en evidencia, tanto cuando escribe como John Banville como con su seudónimo Benjamin Black. Y demuestra, una vez más, su dominio del lenguaje, su capacidad de narrar estas tramas policíacas que se convierten en imprescindibles para sus lectores.

John Banville (Wexford, Irlanda, 1945) dijo en cierta ocasión que su propósito era “transformar la novela policiaca en arte” y, ciertamente, lo ha logrado, con toda esta serie protagonizada por Quirke, el carismático médico forense que ejerce en el Dublín en los años cuarenta del pasado siglo, ciudad en la que el lector deambula como si lo hiciera en dicha localidad, porque el escritor permite, a través de su excelente prosa, que pasee por sus calles, visite sus rincones como si, de verdad, estuviera allí.

Esta serie se inició en la primera década de este siglo con el título El secreto de Christine (2007) y siguió de manera constante con El otro nombre de Laura (2008); En busca de April (2011); Muerte en verano (2012); Venganza (2013); Órdenes sagradas (2015); Las sombras de Quirke (2017) y Quirke en San Sebastián (2021). Pero todos estos títulos de la serie los publicaba mientras escribía otros títulos que no estaban encuadrados dentro del género policiaco y firmaba como John Banville. Su capacidad creativa le permitía desdoblarse entre los dos autores, el real y el pseudónimo, con total facilidad y sin perder un ápice de su maestría literaria.

Balville logra su propósito de “transformar la novela policiaca en arte».

También, como Benjamin Black, ha publicado El Lémur, Los lobos de Pragathriller histórico ambientado en la Praga del siglo XVI–, y La rubia de ojos negros, en la que osa resucitar al mítico investigador Philip Marlowe, creado por Raymond Chandler, que es uno de los escritores que han influido en la creación de su alter ego Benjamin Black.

No es de extrañar que un escritor de la talla indiscutible como fue Martín Amis afirmara que John Banville era un maestro y su prosa provocaba un placer constante en quien la leyera. Dijo una gran verdad que la demuestra Banville con cada obra que publica sea con su nombre o su seudónimo.

Esta nueva novela hará las delicias de los lectores seguidores de Banville/Benjamin Black y de quienes no lo han leído nunca porque se harán adictos a su estilo inconfundible y a su buen hacer literario propio de un verdadero maestro.

Las hermanas Jacobs, Benjamin Black, traducción Antonia Martín, Alfaguara, Barcelona, octubre de 2924, 336 pág.


LA AUTORA

ANA ALEJANDRE, cuyo nombre completo es Ana María Alejandre Carrizosa, nació en Azuaga (Badajoz), aunque ha residido en diferentes ciudades de España y Marruecos hasta instalarse definitivamente en Madrid. Escritora de narrativa, articulista, crítica literaria y editora. Licenciada en De­recho, ha publicado obra como Un día cualquiera (novela, 2013), La ofrenda (novela, 2010), la colección de relatos Doce cuentos solitarios (2007) y las novelas Tras la puerta cerrada (2003) y Cartas cruzadas (2017). Directora y editora de la publicación digital Editanet Espacio Literario y Artístico http://www.editanet.com, y http://www.editanet.org, colabora como articulista y crítica literaria en Diario Siglo XXI, República de las Letras  y otros medios.