Manuel Calderón (Córdoba, 1957) se hizo con el Premio Comillas 2024 con un ensayo cargado de un potente nervio narrativo que sirve para llevar al lector a los últimos coletazos del franquismo y el momento de ebullición política que se vivía.
© RECAREDO VEREDAS
Hasta el último aliento, ensayo galardonado con el XXXVI Premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias en 2024, combina una investigación exhaustiva, la indagación en los protagonistas históricos —convertidos en personajes literarios— y una fuerza narrativa que roza los límites de la ficción, aunque sin traspasarlos. De hecho apenas entra en la conciencia de los personajes, aunque la elección de sus acciones nos permita elucubrar sus pensamientos.
La obra arroja luz sobre episodios clave de la Barcelona de los años setenta, centrándose en dos figuras: Salvador Puig Antich, el anarquista ejecutado por el régimen franquista, y Francisco Anguas, un joven subinspector de policía cuyo trágico final ha sido injustamente relegado al olvido. Ambas vidas se cruzaron en un portal el 25 de septiembre de 1973, cuando Puig Antich, huyendo de una previsible detención, mató a Anguas.
Calderón presenta a ambos como víctimas de una dinámica absurda y brutal, impulsada por dos fuerzas: el régimen franquista y un grupo terrorista marginal, hijo de su tiempo, una especie de hermana menor de las Brigadas Rojas, cuya meta no era únicamente la caída de la dictadura, sino un cambio utópico que incluía la desaparición de la burguesía.
Una de las aportaciones más significativas de la obra es la humanización de Francisco Anguas. Este joven policía, conocido únicamente como quien intentó detener la fuga de Puig Antich y cuya muerte precipitó la ejecución de este último, emerge aquí como una figura compleja. Calderón lo describe como un hombre con inquietudes intelectuales, amante del cine (en especial de la nouvelle vague) y a punto de formar una familia.
Su trágico destino, a escasos días de un traslado a Sevilla, se convierte en una reflexión sobre las vidas truncadas por la violencia política. No niega el carácter de héroe maldito de Puig Antich, a quien muestra como una especie de dandy wildeano, un joven perdido en una causa cuyas derivas no llega a entender, con cierta dificultad para controlar sus impulsos y un indiscutible talento. Es decir, está cerca y lejos al mismo tiempo del perfil que el cine y la leyenda han hecho de él.
La obra destaca no solo por su rigor histórico, sino por su carácter narrativo.
El ensayo también ofrece un recorrido fascinante por la breve historia del Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), una organización armada activa en la Barcelona de los años setenta que combinaba el anarquismo tradicional con las influencias culturales de Mayo del 68 y el maoísmo. Con apenas diez miembros, provenientes de la élite barcelonesa, el MIL aparece como un grupo más idealista que operativo.
Su caótico devenir es fruto y consecuencia de su inmadurez política y organizativa, que contrasta con las instituciones de la resistencia antifranquista más consolidada que, pocos años después, se harían cargo de la transición. Calderón profundiza en los destinos de sus miembros, destacando las fatalidades que rodearon a Puig Antich: un encuentro al que no debía acudir, su cruce con Anguas, los disparos fatídicos y el endurecimiento del Régimen tras el atentado a Carrero Blanco, que sellaron su destino con una sentencia de muerte.
También incide en la familia Solé Sugranyes, que aportó tres hijos a la causa del MIL y muestra —sin emitir juicios, con una notable comprensión de la naturaleza humana— los orígenes de esa militancia.
La descripción de la Barcelona de la gauche divine, más liberal que el resto de España en aquel tiempo, es uno de los puntos fuertes de la obra. Sin esa especie de ficción, por la que parecía que en ciertas zonas de Barcelona no existía ya el Régimen, habría sido mucho más difícil la eclosión del MIL y la militancia de Puig Antich. Porque el Régimen sí existía. La incorporación de la perspectiva de Anguas genera una visión conjunta, propia de una gran novela realista, que se aproxima a las obras más célebres de Juan Marsé.
La obra destaca no solo por su rigor histórico, sino por su carácter narrativo. Calderón consigue algo extraordinario: despertar auténtica emoción por eventos que ya conocemos. Su estilo recuerda las narrativas de no ficción de autores como Paco Cerdà o Éric Vuillard, donde los hechos históricos cobran vida con una intensidad conmovedora.
El ensayo es también un recorrido fascinante por el Movimiento Ibérico de Liberación (MIL).
Revivimos con zozobra episodios como los desesperados intentos de las hermanas de Puig Antich por salvarle, el paralelismo con la muerte del desdichado Heinz Chez y sentimos el impacto de la indiferencia de ciertos sectores de la oposición antifranquista hacia su proceso. A la vez, nos enfrentamos al terrible destino de la familia de Anguas, cuya madre acabó suicidándose, incapaz de superar la pérdida de su hijo.
Hasta el último aliento es un ensayo imprescindible para quienes deseen comprender la complejidad que existe tras los grandes eventos históricos. Manuel Calderón nos invita a reflexionar sobre cómo la memoria colectiva a menudo deja en la sombra historias personales que merecen ser recordadas. Nos recuerda que héroes y villanos no están tan lejos como podríamos imaginar. Un gran libro.
Hasta el último aliento. (Puig Antich, un policía olvidado y una guerrilla contracultural en Barcelona). Manuel Calderón. Tusquets Editores. Barcelona, 2024. Premio Comillas 2024. 408 páginas.
EL AUTOR
RECAREDO VEREDAS (Madrid, 1970) ha estudiado Derecho, Edición y Creación Literaria. Ha publicado diez libros. Incluye los poemarios Nadar en agua helada (Bartleby, 2012) y Esa franja de luz (Bartleby, 2019), el ensayo No es para tanto (Sílex, 2016), la recopilación de testimonios Todo es verdad (Sílex, 2020), las novelas Deudas vencidas (Salto de Página, 2014) y Amores torcidos (Tres Hermanas, 2021), las colecciones de relatos Actos imperdonables (Bartleby, 2013) y Pendiente (Dilema-Escuela de Letras 2004) y el manual Cómo escribir un relato y publicarlo (Dilema-Escuela de Letras, 2006). Ha trabajado para diversas editoriales, entre las que destaca Alfaguara. Ha sido profesor en la Escuela de Letras y en Fuentetaja. Ha reseñado, entre otros medios, en Quimera, ABC, Política Exterior, Letras Libres y Revista de Letras. Su última publicación es Vida después del sueño (Sílex, 2021), co-escrita con el editor Ramiro Domínguez Hernanz.