La autora aborda la crítica de un libro sustentado en poemas breves en el que la fuerza de cada uno de ellos deviene de la capacidad de Amelia Serraller para ahondar en lo cotidiano.
© PATY LIÑÁN
En este libro de poemas breves, pero intensos, la autora nos indica sin miramientos sus dos andamiajes: la vida son tanto pérdidas como amores. Dos conceptos que se van alternando en sus poemas a lo largo de todo el volumen. En su poesía, Amelia Serraller los disfraza de colores y tonalidades. Así, el blanco definido es auge en el poema “Blanco roto”, que ocupa un lugar central en el libro:
«Con los ojos cerrados, vestida de café, respiro mar y cielo.
Como una planta carnosa, busco sol en tu sombra.
Es la euforia de un día en blanco roto.
Un, dos, tres ¡fuego!»
Navegando entre los versos de Serraller, el barco se llena de fantasmas grises. Algunos, de célebres poetas en claroscuros homenajes, donde se reflejan por ejemplo Lorca o Santa Teresa. Otros, más íntimos y vitales donde Amelia Serraller se rompe, donde el blanco ya no es puro. La poeta se define a través de los cotidiano y nos dibuja entre símbolos y polisemias que no todo es de un tono definido. No obstante, hay una parte más alegre donde la autora parece definirse en la añoranza con poemas dedicados a sus lugares amados.
Blanco roto se compone de 25 poemas que, aunque juegan con la brevedad en su mayoría, demuestran la soltura con la métrica de alguien que domina diferentes estrofas como la redondilla o los endecasílabos. Una escritora que conoce el juego y lo disfruta.
Recordemos que Amelia Serraller es también eslavista. Profesora de la Universidad Francisco de Vitoria, trabaja como traductora literaria de inglés, polaco y ruso. En 2015 se doctoró cum laude en Filología Eslava por la Universidad Complutense de Madrid, siendo sus líneas de investigación el periodismo literario y la Escuela Polaca del Reportaje.
Serraller, miembro de ACE, tiene un blog en FronteraD y entre sus traducciones figuran los autores rusos Aleksander Pushkin, Isaak Bábel y Nikolái Chernyshevski y los polacos Józef Wittlin, Jan Polkowski y Anna Augustyniak.
Blanco roto es su tercer libro y su debut como poeta, después del ensayo Cenizas y fuego: Crónicas de Ryszard Kapuściński (Editorial Amargord), dedicado al llamado “reportero del siglo XX”, y del libro de relatos Réquiem y marmitako: Historias del confinamiento (Ediciones Facta). La autora cierra el poemario con la magia del haiku, poema breve por excelencia, donde nos invita a la esperanza como si lo peor ya hubiera pasado, y un nuevo amanecer pueda brillar.
“Templo de Debod” (Haiku)
«Amanecer
o morir con la luz de un nuevo día».
Blanco roto, Amelia Serraller Calvo, La Tortuga Búlgara. Madrid, 2024, 82 pp.
LA AUTORA
Paty Liñán es madrileña. Escribe desde temprana edad. Es miembro de diferentes asociaciones y ha participado en diversas antologías. Liñán ha publicado tres poemarios. El más reciente, (r)Evolución, con Sial Pigmalión, en 2023. Mezcló la generación del 27 con su propio lenguaje y firmó sus primeros poemas con solo diez años. Inspiración y experiencias que le dan a algunos poemas suyos una vertiente lorquiana. Sus versos han crecido en tono lírico, llenos de imágenes y figuras literarias. Convirtiendo su poesía, que aborda diferentes temáticas, en algo más mística. Facebook: Paty Liñán. Instagram: patylinaan.