Sobre el amor irónico

Lorenzo Rodríguez, viejo conocido de las letras madrileñas, se estrena como poeta con fuerza y decisión en la prestigiosa Reino de Cordelia.  Noticias del Otro Lado se postula como unos de los poemarios a tener en cuenta no ya en el estricto presente, sino en el horizonte literario más promisorio.
© RECAREDO VEREDAS

El debut poético de Lorenzo Rodríguez es, digámoslo ya, notable. Y lo es por muchas causas, entre las que destacan la contundencia de sus decisiones y la precisión con que las concreta. En el propio título parece definirlas: establece dos lados opuestos —que, tiempo atrás, fueron complementarios— que poseen distinta información y diferentes datos sobre un asunto de tal importancia, para ambas, que merece protagonizar un libro. Esas noticias son los mensajes que el narrador —porque estos poemas tienen una fuerte carga narrativa— remite a quien fue su pareja, a esa incógnita en que se convierte el otro cuando el amor termina. Una incógnita cuyo destino no puede, ni el narrador ni nadie, dejar de imaginar.

Dentro de las amplísimas posibilidades que otorga la poesía, Lorenzo opta por una línea clara, clásica e irónica, pero no por ello menos seria y depurada. El tema central, como ya he indicado, es la descripción de los intentos, tan humanos y universales como ilusorios, de reconstruir una presencia que ya se ha convertido en un espectro. Tiene algo, también, de libro de duelo porque la ruptura amorosa es una muerte, y en ocasiones más dura que el duelo fúnebre: el ser amado permanece y, por lo tanto existe la posibilidad, tantas veces ficticia y dañina, de una reconstrucción. Como dice Faulkner en la cita que abre el libro, El pasado no es pasado por que nunca muere. Para el enamorado, por lo tanto, la ruptura es un eterno presente. Como muestra Noticias del Otro Lado, el duelo no es más leve porque no se exprese con desesperación. Es incluso más lúcido y amargo. De hecho la única opción de un romántico empedernido es la ironía, una vez que la depresión y el suicidio quedan descartadas, por antiguas e incómodas. Todas las teorías antiguas deben evolucionar para sobrevivir y el amor romántico necesita llenarse de distancia y desengaño para no convertirse en algo obsesivo y un tanto patológico.

Son poemas con un fuerte contenido narrativo.

En Noticias del Otro Lado aparece un amor entre adulto y juvenil, de cuya inconsciencia es el autor consciente. Que en estos tiempos crueles trate esa inconsciencia con ironía y con afecto es un auténtico acierto y le aleja radicalmente de la poesía de mayor éxito, aquella que se sitúa entre la autoayuda y la precariedad formal. Aquí no hay consejos al lector aunque quien haya atravesado trances similares sin duda podrá encontrar consuelo, pero lo hallará, como en toda la buena literatura, mediante lo expresivo, no mediante lo informativo, mediante lo que le ocurre al protagonista, no mediante información directa.

La perfección formal, en su mano, no es una limitación sino un acicate, un estímulo que agranda el sentido. Colabora con el mayor fuerte del libro: la enorme empatía con el lector que desprende, con cualquier lector, porque cualquier lector ha visto salir a su enamorada del metro, en una calle cualquiera, aunque no fuera ella. Esa empatía hace que el poemario vaya a tener una larga vida. Describe sentimientos eternos, reconocibles hace mil años y, posiblemente, dentro de otros mil.

El poemario describe sentimientos eternos con una empatía fuera de lo común.

Son poemas, como he indicado antes, con un fuerte contenido narrativo. De hecho a partir de los poemas podría –tal vez añadiendo cierto ingenio psicoanalítico- reconstruirse la relación que los sustenta. Por un lado va el enamorado y por otro el narrador, que tiene los pies en el suelo. Podría llorar y mirar hacia la oscuridad, pero prefiere, aun cargando con el dolor, dirigirse hacia la luz. Otro gran acierto es la falta de subrayados: no necesita reiterar lo que afirma, ni elaborar teorías de alta trascendencia. Lo abstracto aparece, pero en la cantidad justa. No llega a empalagar ni a trabar la fluidez de los versos. Esa autosuficiencia, ese creer en sí misma es un elemento básico de la calidad de cualquier obra.

Lorenzo Rodríguez Garrido

Hay una fuerte influencia de Luis Alberto de Cuenca, tanto en la elección de la perspectiva amorosa como en cierta idealización irónica de lo femenino, también de Ángel González y de cierta poesía de la experiencia, aunque en este caso cuente con un exquisito cuidado formal que solo poseen los mejores de ellos. Por ejemplo el fundador del movimiento, el mismísimo Jaime Gil de Biedma. También emparenta con el 27, sin duda, y con poetas anglosajones, como W.H. Auden o Carlos Williams por su mezcla de realismo y cotidianeidad.

Rodríguez opta por una línea clara, clásica e irónica, pero no por ello menos seria y depurada.

Sin embargo esa línea clara no se interpone en aciertos enormes, de una pasmosa simplicidad, para los que se precisa un dominio paralelo del lenguaje y del sentido (Entre mi cuerpo y yo se interpone tu sombra). También destaca su potencia visual. Es un maestro en la irrupción de lo expresivo dentro de la información directa: Alguna vez, digo yo, te mirarás en el espejo mientras te lavas la cara o los dientes (por cierto, aquí sigue tu cepillo esperando que vuelvas, cinco años después); te mirarás en el espejo, decía, cuando nadie te ve, y del fondo de tus ojos, que es el fondo de todas las cosas, emergerá de pronto una lluvia que es la misma que me encharca cuando nadie me ve. En el tramo final renuncia a la épica juvenil, crece, y aspira a un amor pequeño, pero no por ello menos poético. Un amor cuyo sentido es la ausencia porque –y el autor es consciente- de materializarse perdería su contenido poético. Su razón de ser es el vacío.

Lorenzo Rodríguez se ha hecho esperar, pero ha merecido, y mucho, la pena. Este poemario permanecerá durante años, tal vez décadas, en los corazones de los lectores y quién sabe si en las carpetas de los estudiantes.

 

Noticias del Otro Lado. Lorenzo Rodríguez; prólogo de Luis Alberto de Cuenca. Reino de Cordelia. Madrid, 2022. 108 páginas. 13,95 €.


EL AUTOR

RECAREDO  VEREDAS  (Madrid, 1970) ha estudiado Derecho, Edición y Creación Literaria. Ha publicado diez libros. Incluye los poemarios Nadar en agua helada (Bartleby, 2012) y Esa franja de luz (Bartleby, 2019), el ensayo No es para tanto (Sílex, 2016), la recopilación de testimonios Todo es verdad (Sílex, 2020), las novelas Deudas vencidas (Salto de Página, 2014) y Amores torcidos (Tres Hermanas, 2021), las colecciones de relatos Actos imperdonables (Bartleby, 2013) y Pendiente (Dilema-Escuela de Letras 2004) y el manual Cómo escribir un relato y publicarlo (Dilema-Escuela de Letras, 2006). Ha trabajado para diversas editoriales, entre las que destaca Alfaguara. Ha sido profesor en la Escuela de Letras y en Fuentetaja. Ha reseñado, entre otros medios, en Quimera, ABC, Política Exterior,  Letras Libres y Revista de Letras. Su última publicación es Vida después del sueño (Sílex, 2021), co-escrita con el editor Ramiro Domínguez Hernanz.