El libro recientemente publicado por el poeta Oscar Curieses, Constitución Española, genera en Martín Rodríguez-Gaona una profunda reflexión sobre la evolución de la «ciudad letrada», especialmente en lo que se refiere a la poesía, en el tránsito por las dos primeras décadas del siglo XXI. Un trabajo que publicaremos en cuatro entregas y que de algún modo prolonga el publicado en 2021 por el mismo autor en República . Este es el primer «capítulo».
© MARTÍN RODRÍGUEZ-GAONA
La última entrega de Oscar Curieses (Madrid, 1972) Constitución española (Ya lo dijo Casimiro Parker, 2021)¹ permite reflexionar sobre el estado de la ciudad letrada hispánica como indicio y parte de una larga crisis simbólica y política de alcance internacional. Así esta propuesta nos ofrece un pulso entre lo minoritario y lo masivo a través de un libro objeto fundamentalmente antilírico y conceptual, pese a paradójicamente estar dirigido a todos los individuos que componen el Estado español. La obra consiste en un texto intervenido, al cual se han borrado todas las grafías, a excepción de los signos ortográficos. A primera vista, esta nueva constitución (o constelación de signos) nos interpela, sin renunciar además a cierta inesperada belleza, mediante la mera manipulación de sus páginas: una constelación de signos sobre el papel o huellas de tinta que invitan a la melancolía y la imaginación.
EL OBJETO Y LOS HECHOS: EXTRAÑEZA Y PROVOCACIÓN
Para quienes no estén familiarizados con ciertas claves del arte y la literatura contemporáneos (la mayor parte de la ciudadanía y los lectores del mainstream), este libro objeto se acerca a una de esas excentricidades que se exponen periódicamente en galerías o ferias como ARCO. Mas, en un folio transparente adjunto, el autor menciona en el origen del proyecto tres conceptos o circunstancias más rastreables: un poema de Ernest Hemingway, “Blank verse” de 1916, el estallido social del 15 M y unos trazos que “parecen los restos, pero también las semillas de nuestra democracia”. Desde aquella clave civil, resulta obvio que esta Constitución española supone una intervención contra la retórica hueca de la política, pero también es posible interpretar tal rechazo como un reto a cierta ciudadanía pasiva, estática o contemplativa.
La intervención textual niega un falso respeto esencialista, evitando tanto la sacralización de la palabra como la indiferencia ciudadana (o su ignorancia cómplice). La radicalidad estética no promueve una retórica de destrucción o anarquía, pues la obra de Curieses representa una violencia semántica, no un ultraje. Mas esta revisión crítica parece particularmente apropiada pues se ocupa de la Constitución española de 1978: la de la Transición, el regreso a la democracia, la globalización y la entrada al siglo XXI. No obstante, la naturaleza conceptual y minoritaria del proyecto indica que está dirigido a comunidades específicas: la de las artes y la de la ciudad letrada. Debemos recordar, por lo tanto, que esta pieza conceptual, en 2021, no pretende necesariamente originalidad ni tampoco escándalo. Su apuesta es por una reflexión sobre el sistema de derechos y obligaciones de nuestra vida cotidiana dentro de la especificidad de la producción simbólica del Estado español.
De este modo, respondiendo al masificado aspecto subjetivo y romántico de las vanguardias -tan multiplicado y devaluado en su afán de escándalo por los medios masivos y el populismo de las redes sociales-, Curieses opta por una estética vanguardista ya historiografiada, incluso institucionalizada. En otras palabras, asume el oximorón de una tradición vanguardista, pero no necesariamente para atenuarla, sino para reinterpretarla y actualizarla. Algo que aún trasluce cierta urgencia en un medio como el español en el que los continuadores de las vanguardias históricas fueron deliberadamente preteridos.
De allí que Constitución española de Óscar Curieses, como libro objeto y poesía conceptual sea importante en un momento en el que predomina el populismo de la oralidad electrónica y lo transmedial, cuyos emblemas son el lirismo exacerbado de la Poesía pop tardoadolescente y la autorrepresentación constante de los influencers literarios (ambos fenómenos auspiciados entre los millennials por el poder corporativo de los medios y la industria editorial).
ANTECEDENTES CONTEMPORÁNEOS (O CUANDO EL MALESTAR NO ES UNA SIMPLE COINCIDENCIA)
Si bien Constitución española sería un libro perfectamente rastreable y legible dentro del arte contemporáneo, su asimilación no parece tan natural en la ciudad letrada. Cabría preguntarse por las razones de tal desfase. Dichos impedimentos responderían, creemos, a dos causas: la escasa rentabilidad o comercialidad de este tipo de libro y el vacío de la crítica institucionalizada para asumirlo.
Sin embargo, en el contexto de la aldea global que erige el entorno electrónico, nos es posible reconocer la urgencia, la pertinencia y las coincidencias inherentes al proyecto. En efecto, además de Curieses, varios poetas a nivel internacional han trabajado los vacíos de sus respectivas cartas magnas, fenómeno que adquiere particular vehemencia tras la crisis financiera global de 2008. Debemos recordar que aquella descontextualización parte del influjo de los ready made y los objetos encontrados de Marcel Duchamp y Andy Warhol, como sucedió directamente en Constitución de los Estados Unidos (1966) del poeta y performer John Giorno, en la que extractos de la misma son contrastados con noticias policiales.
El primer caso en lengua española se daría en Chile, país que fue emblema de una modernización neoliberal dirigida a través de la dictadura militar de Augusto Pinochet. Se trata de Fuentes del Derecho (Ediciones Tácitas, 2010) de Martín Gubbins. En España, el poeta asturiano Marcos Canteli en Cons ti tu ci ón (Asociación Cultural Hermanos Malasangre, 2016), extendería su propuesta del libro a la performance. Nuevamente en Chile, surgió (RE)CONSTITUCIÓN POÉTICA(2020), una antología de dieciséis poetas (Elvira Hernández, Elicura Chihuailaf y Felipe Cussen, entre otros) cuya convocatoria se organiza alrededor de la heterogeneidad del país, y no desde una élite centralista, a raíz de las revueltas sociales de octubre de 2019. En Perú, coincidiendo con el desgobierno con el que el país ha llegado a su bicentenario, está Santiago Vera con Constitución Política del Perú (Taller Editorial La Balanza, 2021), que trabaja el collage para remezclar y resemantizar el texto.
No obstante, de manera sorprendente y a la vez totalmente razonable, el primer precedente histórico, olvidado hasta las recientes recuperaciones de género, sería la escritora francesa Olympe de Gouges (1748-1793), monárquica reformista, crítica de la trata de esclavos y precursora de un feminismo avant la lettre, con su Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana (1791), en la que se interviene el texto original para borrar y añadir al sujeto femenino, cuestionando la ambigua universalidad de la redacción. Estas reivindicaciones públicas, aunque hoy parecieran moderadas, costaron a Olympe ser ejecutada durante las represalias radicales del Terror jacobino.
Este breve recuento a escala global incide en la nececidad de una reformulación del contrato social tanto como en la revisión del canon y la exploración de los márgenes de distintas ciudades letradas. Es decir, creemos que la repercusión política de tales propuestas depende de una historicidad deliberadamente puesta en peligro por el eterno presente de lo virtual. Por dichos motivos se requiere leer Constitución española de Curieses en el contexto de la tradición de las vanguardias y del libro objeto: por justicia histórica y por la confluencia de lenguajes (texto, audio e imagen) que predomina en la transmedialidad electrónica. Es decir, la propuesta de Curieses no tendría por qué resultar extraña desde una crítica y unos lectores que conocieran y consideraran asimilados y relevantes precedentes como las obras de Carlos Oquendo de Amat, Juan Eduardo Cirlot, Jorge Eduardo Eielson, José Luis Castillejo, Esther Ferrer y el grupo Zaj, Ulises González, Juan Luis Martínez, Dionisio Cañas y Eduardo Scala.
En términos estrictamente políticos, la intervención de Curieses a la vigente carta magna española, en el contexto de una profunda crisis económica, social y cultural, constata la urgencia de una reformulación de los pactos civiles. Sus espacios en blanco sugieren el desvanecimiento del relato optimista vinculado a la Transición y el milagro económico. La abrumadora proliferación de signos sin interpretación, la soledad manchada de su vacío, además, guarda resonancia con el paso al paradigma electrónico y su incertidumbre viral.
- Constitución española. Oscar Curieses. Ya lo dijo Casimiro Parker. Madrid, 2021.
EL AUTOR
MARTÍN RODRÍGUEZ- GAONA (Lima, 1969) ha publicado los libros de poesía Efectos personales (Ediciones de Los Lunes, 1993), Pista de baile (El Santo Oficio, 1997), Parque infantil (Pre-Textos, 2005) y Codex de los poderes y los encantos (Olifante, 2011) y Madrid, línea circular (La Oficina de Arte y Ediciones, 2013 / Premio de poesía Cáceres Patrimonio de la Humanidad), y el ensayo Mejorando lo presente. Poesía española última: posmodernidad, humanismo y redes (Caballo de Troya, 2010). Ha sido becario de creación de la Residencia de Estudiantes de 1999 a 2001, y desempeñó el cargo de coordinador del área literaria de esta institución hasta 2005. También ha obtenido la beca internacional de poesía Antonio Machado de Soria en 2010. Su obra como traductor de poesía norteamericana incluye versiones como Pirografía: Poemas 1957-1985 (Visor, 2003), una selección de los primeros diez libros de John Ashbery, La sabiduría de las brujas de John Giorno (DVD, 2008), Lorcation de Brian Dedora (Visor, 2015) y A la manera de Lorca y otros poemas de Jack Spicer (Salto de Página, 2018). Como editor ha publicado libros para el Fondo de cultura Económica de México y la Residencia de Estudiantes de Madrid. Con su último libro, La lira de las masas, obtuvo el Premio Málaga de Ensayo 2019. Su último libro de poemas publicado: Motivos fuera del tiempo: las ruinas (Pre-Textos, 2020). Con el ensayo Contra los Influenccers: la ciudad letrada ante la corporativización ecnológica de la literatura ha ganado el premio Celia Amorós de Ensayo 2022.