El autor analiza el último libro del poeta Santiago Redondo Vega (Villalón de Campos, Valladolid, 1958) publicado en la exigente editorial poética Huerga & Fierro bajo el título Materia prima y que le valió el XIX Premio Nacional de Poesía “Ciega de Manzanares 2020”. Un conjunto de versos que, según Santano, tienen mucho de bálsamo contras la heridas de la egolatría excesiva, y del arte frío, impersonal y casi vacío que goza de demasiado predicamento.
© JOSÉ ANTONIO SANTANO
Compruebo día a día que vivimos en un mundo excesivamente ególatra. En esencia esta circunstancia no hace sino dispersar lo verdaderamente importante y enriquecedor. Tal vez el mejor ejemplo lo podríamos concretar en la poesía. Si miramos las publicaciones culturales de alcance nacional la cuestión es deprimente.
En éstas, los poetas que siempre aparecen son los mismos, lo que equivale a decir, los mismos libros fríos y cansinos, herméticos. Ese reducido número de vates o de críticos, que se suman a este sarao, detentan un poder omnímodo, de tal manera que solo alcanzan visibilidad sus más cercanos colaboradores. Esta situación que no soy el primero en revelar sigue manteniéndose en nuestra literatura actual con total impunidad.
Pero me temo que desde este singular “Escaparate de libros” la mirada será distinta, y, por ende, alejada de esos perniciosos círculos de poder donde, por lo general, la calidad del texto literario brilla por su ausencia, y si el culto a un exagerado egocentrismo. Consecuencia directa de lo dicho traigo ahora a este espacio crítico el poemario Materia prima, galardonado con el XIX Premio Nacional de Poesía “Ciega de Manzanares 2020”, autoría del vallisoletano Santiago Redondo Vega (Villalón de Campos, 1958) y al cuidado del sello editorial Huerga & Fierro.
Aunque más activo, literariamente hablando, en el género narrativo, con anterioridad Redondo Vega ha publicado los poemarios Naturaleza viva, Laberinto de inercias y Mecánica de fluidos, del que ya di cuenta tras su publicación en el año 2018. En esta ocasión y en consonancia con su particular voz, Santiago Redondo se adentra en un existencialismo abarcador, humanista, de una profunda raíz en la más grande tradición poética española.
Vibra la palabra en su decir sencillo y reflexivo, capaz de turbar o conmover al lector, de atraparlo en el verso luminoso, nacido de la más pura esencia literaria. Santiago Redondo sabe muy bien conjugar lenguaje y belleza para crear un texto sumamente enriquecedor: «Belleza es acercarse al entramado / real de lo que importa; / escanciar con prudencia la verdad / del amor de una noche, plancharse una camisa / sobre el ardor pausado de otro sexo, / aparcar la vergüenza en zona azul, / degustar en escorzo el rubor de una estrella, / o mirar cómo crece / con plenitud un hijo».
Vibra la palabra en su decir sencillo y reflexivo.
Su Materia prima no es sino la poesía, como así se testimonia en palabras del escritor y poeta César Antonio Molina: «La poesía, la materia prima poética, el origen, inevitablemente, siempre estuvo en estado bruto en la naturaleza». La vida en sí misma representa esa singular “materia prima” a la que se refiere el poeta, origen de lo absoluto y del vacío, lo cotidiano, la rutina de los días y los sueños a los que se aspiran, la multiplicidad de las formas.
En este ir y venir, en este deambular vital Santiago Redondo pergeña su propia voz, la que le hace hombre y poeta al mismo tiempo, teniendo a la soledad como fiel compañera de viaje, a los silencios que cada día escruta para seguir viviendo honestamente; «La vida nos contempla / o nos ignora, / desde el espacio exiguo y vedado de sus límites, / la habitación a oscuras / donde el tiempo revela las grietas de los años / y en la quietud del duelo / vuelve la realidad a hacerse luto».
Poesía existencial, íntima, reflexiva, honda y humanista la de Santiago Redondo. El poeta ni debe ni puede abstraerse de cuanto sucede cercano o no, y por ello, se emplea en trascender, en buscar la palabra, esa imagen que descubra el misterio o la magia de lo vivido en sí y en la otredad: «Somos / el tiempo inexorable de un instante, / mera razón liviana, surco, / de un soplo mineral que nos construye / sin valencia ni rango / asomado al vacío de un presente / que la mirada del silencio encarna».
Poesía, digo, para degustar a sorbos lentos, detenerse en los matices y la multiplicidad de formas y palabras que la contienen como aval certero. Santiago Redondo construye un extraordinario edificio poético y es su voz, sin duda alguna, como un oasis en pleno desierto, una luz que resplandece en la medida palabra: «Las palabras son solo / garabatos que inundan con su tinta los márgenes / de un contrato de banca o una letra de cambio, / pero son de la vida ese sustrato / que alimenta y soporta los años de silencio / por los que mata y muere la noble pretensión / de elevar la estatura de un poema».
Santiago Redondo sabe muy bien conjugar lenguaje y belleza.
Materia prima viene a ser, en estos precisos instantes en los que una poesía fría y plana se asegura la parcela de lo mediático con descaro, una verdadera inyección poética del buen hacer en la particular y destacada voz de Santiago Redondo.
Materia prima, Santiago Redondo Vega, Huerga & Fierro, 2021.
EL AUTOR
JOSÉ ANTONIO SANTANO (Baena, Córdoba, 1957), cultiva la poesía, narrativa, ensayo y crítica literaria. Es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Almería, y autor de más de 20 libros, entre los que destacan: Profecía de Otoño. Premio Internacional de Poesía “Barro”. (Sevilla, 1994); Exilio en Caridemo. Premio Ciudad de El Ejido de Poesía 1995 (IEA, Almería, 1998), Íntima heredad. Accésit Premio Internacional de Poesía Rosalía de Castro,(Endymion, Madrid, 1998), La piedra escrita (Alhulia. Salobreña, 2000), finalista Premio Nacional de la Crítica 2000, Suerte de alquimia (Alhulia. Salobreña, 2003), finalista del Premio Andalucía de la Crítica 2003, Trasmar, de narrativa (Alhulia, Salobreña, 2005), Premio Andalucía de la Crítica “Ópera Prima” 2005; Las edades de arcilla (Alhulia, Salobreña, 2005); Razón de ser. X Premio Internacional de poesía “Luis Feria” 2008, Caleidoscopio (IEA, 2010), Estación Sur (Alhulia, 2012), Tiempo gris de cosmos. Premio Gremio de Libreros de Almería al mejor libro de poesía 2014, (Nazarí,Granada, 2014), Memorial de silencios. Ediciones en Huida (Sevilla, 2014), Los silencios de La Cava (Alhulia, 2015), La voz ausente (Alhulia, 2017), Lunas de oriente (Ediciones Dauro, 2018) y Cielo y Chanca (2019). Textos suyos han sido traducidos al catalán, euskera, gallego, inglés, francés, italiano, búlgaro, rumano, ruso, alemán, portugués, griego, árabe y chino. Actualmente es miembro de la Asociación Española de Críticos Literarios y de las Juntas Directivas de ACE-A (Asociación Colegial de Escritores de España, Sección Autónoma de Andalucía), AAEC (Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios). Asimismo es cofundador de Humanismo Solidario y miembro de la junta directiva de la Asociación Internacional Humanismo Solidario.
