El género relato está de enhorabuena con esta riquísima entrega de Juan Ángel Juristo, Lugares, que ha editado el sello almeriense Confluencias. Tramas divertidísimas que actúan como vehículo de la vasta cultura del autor, abierta a reflexiones, evocaciones, digresiones y lances históricos a través del tiempo y el espacio.
© LUCIANO FERIA
Si la originalidad ha constituido siempre uno de los rasgos más destacados de la escritura de Juan Ángel Juristo (Madrid, 1951), tanto sus lectores habituales como los nuevos que se asomen a esta reciente entrega no solo no saldrán defraudados del recorrido propuesto por Lugares, sino que, a buen seguro, también recordarán por mucho tiempo el festín de sabiduría vivido a lo largo de sus páginas.
Lugares, como indica su título, es un libro de espacios. Cada uno de los siete relatos que lo componen se sitúa en sendas ciudades de nuestro planeta: Estambul, College Station, París, Roma, Londres, Madrid, y hasta una ciudad de la China confuciana llamada Schê. Los itinerarios trazados de cada una son amplios y detallistas, más allá de los consabidos dedicados al turismo (calles, monumentos, restaurantes, plazas, paisajes), de modo que el texto así leído podría orientar o reorientar a aquellas y aquellos lectores dispuestos al viaje de placer o sencillamente al disfrute del conocimiento. Pero no nos engañemos: Lugares es sobre todo literatura. Y literatura de la buena. Lugares es fundamentalmente un libro sobre el tiempo.
Un portento de ironía desarrollada en amplios periodos sintácticos como homenaje a su admirado Joyce.
Y es que, en efecto, el gran desafío al que ha querido enfrentarse nuestro autor ha sido ni más ni menos que engarzar desde la memoria (real e imaginada) los ámbitos tangibles de la vida (el relieve de los edificios o de la naturaleza: Santa Sofía y el Yangtsé, la calle Acca Larentia o las llanuras ardientes de Texas, el Rastro de Madrid) con las riquezas complejas del espíritu: el paso de la historia por París, por ejemplo, desde los romanos hasta la relación de los elefantes con los reyes de Francia; la estructura social de la China milenaria o las distintas variantes del taoísmo; la sutileza prodigiosa de los colores en Estambul; la variedad gastronómica de los distintos países; la maravilla de escritores como Victor Hugo, Balzac o el italiano Carlo Emilio Gadda al lado del homenaje al pintor Paul Klee.
Siete originales y divertidas narraciones motivan este despliegue evocativo tan poderoso.
Y todo ello, y es ahí donde radica el mérito de la obra, en una hermosa y perfecta aleación gracias a las siete originales y divertidas narraciones que motivan ese despliegue evocativo tan poderoso. Así, en Estambul, el problema de una pareja de visita a la ciudad se desencadena por culpa de un presunto escritor desconocido que se autoinvita a compartir los días con los protagonistas; en la universidad texana llamada TAMU las jornadas dedicadas a la literatura gallega acabarán con una inesperada tragedia; un diálogo en París entre un escritor y un realizador de televisión terminará descubriendo las vulgaridades del alma humana veladas a menudo por las sublimes agudezas de la gran cultura, de la misma forma que el sexo y la cocina vertebran la relación entre un narrador chino del siglo VI a. de C. y el cantante Tsï Liu, doctos los dos en los recovecos del taoísmo.
Francesco Ingravallo, en fin, el personaje de Gadda, es testigo y víctima de los acontecimientos reales ocurridos en Roma en 1978, y es desde entonces cuando planea su propia desaparición. Y tanto en Londres como en Madrid los narradores resultan ser también seres imposibles: en Canary Wharf, porque es el fantasma de Samuel Johnson el que cuenta sus noches de visita a otros escritores desde el siglo XVIII hasta la actualidad; en la calle Altamirano de Madrid, porque es un cuadro, Angelus Novus, el que, como narrador y en contacto con JAJ, descubre para nuestra entera satisfacción de lectores (y también para la del propio autor de Lugares) todo el sentido del libro.
‘Lugares’ es sobre todo literatura. Y literatura de la buena.
Realidad e imaginación, pues. Literatura e historia, cultura y observaciones interesantísimas, correspondencias entre unas ciudades y otras, reflexiones filosóficas, curiosidades, anécdotas, detalles (lo baratas que eran las ostras en el siglo XVIII, por ejemplo…). Todo eso y, además, un portento de ironía desarrollada en amplios periodos sintácticos como homenaje a su admirado Joyce nos ofrece Juan Ángel Juristo en este delicioso volumen de relatos. Y otros dos ingredientes mayores que lo convierten en lectura apetitosa para los paladares exquisitos: el primero, la sutileza de haber conseguido, dentro de esa unidad de lenguaje y humor, los matices adecuados a cada uno de los relatos (una cierta nostalgia, por ejemplo, en el de Madrid, por tratarse de la ciudad relacionada con su infancia) y el segundo, cómo no, esa rebeldía del escritor, cuya memoria (aquí también la intelectual) se enfrenta a los estragos despiadados del tiempo.
Lugares. Juan Ángel Juristo. Editorial Confluencias, Almería; 2022; 186 págs.
EL AUTOR
LUCIANO FERIA (Zafra, Badajoz, 1957). Es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Extremadura. Ha sido profesor de Lengua y Literatura en el Instituto de Bachillerato Suárez de Figueroa de Zafra durante más de treinta años, hasta su jubilación en 2017.
Ha publicado tres poemarios: El instante en la orilla (1989), Fábula del terco (1996 y 2002) y De la otra ribera (2004), agrupados bajo el título Sentido y melancolía (2020), y una novela, El lugar de la cita (2019). Su obra poética ha sido incluida en varias antologías, tanto extremeñas como españolas: Abierto al aire. Antología Consultada de poetas extremeños, 1971-1984 (Mérida, 1984), Diez años de poesía en Extremadura, 1985-1994 (Cáceres, 1995), Literatura en Extremadura, siglo XX (Mérida, 2010), Panorámica poética de Extremadura (Badajoz, 2012) o Poesía experimental española (Antología incompleta) (Madrid, 2012).