El autor escribe sobre una novela dominada por sus magníficos personajes, una trama eficaz y una considerable pericia técnica
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Cuando nacen los nombres es una novela breve pero importante, pues aborda temas básicos no solo de nuestros tiempos sino de todos los tiempos, como son la lealtad, el poder o el peso siempre relativo de la verdad. No descuida el amor, su fragilidad y lo imprevisibles que resultan sus idas y venidas, sea cual sea la edad de los enamorados. Luis Miguel Morales utiliza una prosa medida, cuidada pero nunca farragosa, que busca entretener pero trata al lector con seriedad, considerándole un adulto. Remite, en cierto modo, a la nueva narrativa española, a la época de esplendor de Guelbenzu o Muñoz Molina. Sin lugar a dudas llama la atención la madurez del autor, en quien se presume una obra más extensa y se adivina un notable porvenir.
Morales tiene un dominio pocas frecuente del diálogo, que en Cuando nacen los nombres tiene una importancia muy superior a la habitual en la narrativa española. Además las voces de los protagonistas tienen campos semánticos propios, absolutamente definidos, que dicen tanto de su carácter, de sus virtudes y limitaciones, como las propias indicaciones del narrador. Un ejemplo claro ocurre con la esposa del potentado y su amiga, tan reconocibles y a la vez tan profundas porque nos llevan a temas tan universales como la permanencia del amor y el deseo transcurridos años, incluso décadas de relación o la resistencia al inapelable transcurso del tiempo. Destaca por su complejidad y riesgo la manera en que aborda un tema tan delicado como el duelo y el caos emocional que siempre lo acompaña. También su reflexión sobre el poder es magnífica y nos conduce a lugares no por oscuros y poco frecuentados menos importantes: la importancia de guardar los secretos de los más poderosos, incluso, aunque parezca paradójico, cuando son desvelados. No deja de mostrar el lado contrario: el de aquellos que sufren las consecuencias de las grandes decisiones, los más precarios, los siempre olvidados. Es magnífica la manera en que muestra en paralelo el brillo y la miseria, sin caer nunca en la desfocalización. Así pues, todos los personajes, tanto principales como secundarios, están trazados con sumo cuidado. Entre todos ellos destaca s alobremanera la mezcla de contradicción y coherencia del protagonista, que al mismo tiempo engaña y busca la verdad, anhela el amor y lo niega.
Una gran sorpresa que merece el mejor de los destinos, tanto frente a la crítica como frente a los lectores
Sobre tales temas y sentimientos vuela una trama que hace avanzar la novela, dominada por la ingenuidad, el amor y la irrupción de las nuevas tecnologías en todos los ámbitos de la vida, incluso en los más íntimos. No es una trama trivial, pero sí está supeditada a la fuerza de los personajes. No es trivial porque termina generando una bola de nieve que casi arrolla al protagonista, aunque, como suele suceder tantas veces, al final lo redima.
Concluyendo, una novela que vuelve a demostrar la calidad de los sellos más pequeños y la importancia de que sigan vivos, ajenos a prejuicios, y de valorar en su justa medida las nuevas voces. Una gran sorpresa que merece el mejor de los destinos, tanto frente a la crítica como frente a los lectores.
Cuando nacen los nombres. Luis Miguel Morales. Libros Indie. 12,35 €, 146 páginas.
RECAREDO VEREDAS (Madrid, 1970) ha estudiado Derecho, Edición y Creación Literaria. Ha publicado 8 libros. El último es la recopilación de testimonios Todo es verdad (Sílex, 2020). Los que más le gustan son los más breves, los poemarios Nadar en agua helada (Bartleby, 2012) y Esa franja de luz (Bartleby, 2019), pero se siente orgulloso de toda su progenie. Incluye el ensayo No es para tanto (Sílex, 2016), la novela Deudas vencidas (Salto de Página, 2014), la colección de relatos Actos imperdonables (Bartleby, 2013) y dos obras perdidas en el espacio-tiempo: la colección de relatos Pendiente (Dilema-Escuela de Letras 2004) y el manual Cómo escribir un relato y publicarlo (Dilema-Escuela de Letras, 2006). Ha trabajado para diversas editoriales, entre las que destaca Alfaguara. Ha sido profesor en la Escuela de Letras y en Fuentetaja. Ha reseñado, entre otros medios, en Quimera, ABC, Política Exterior, Letras Libres y Revista de Letras.