«La mañana descalza», de Irene Vallejo e Inés Ramón

El autor escribe sobre un atípico libro en el que la poesía y la narración conforman un universo literario y poético con el que las autoras se porponen «reinterpretar el pasado tras bucearlo y comprenderlo».
© JOSÉ ANTONIO SANTANO

No es habitual hallar en un mismo libro dos géneros literarios tales son la narrativa y la poesía. Lo prosaico y lo lírico ensamblados en una suerte de mágica comunión, rigor y coherencia, juventud y madurez se citan para redescubrir al lector dos universos tan distintos como armónicos entre sí: el uno descriptivo, donde la leyenda y el mito ocupan un lugar preferente, pero sin perder esa visión actual e innovadora; de otra, la reflexión, lo real imaginado, trascendido al verso, a lo absoluto, desconocido, invisible.  Tampoco es habitual que sean dos las miradas, las voces que se ensamblan, y que sean dos mujeres quienes dan luz a tanta oscuridad. De igual manera no es corriente que una editorial apueste por este tipo de textos, que arriesgue tanto, que sofoque las soflamas de quienes sólo entienden la edición como beneficio comercial únicamente frente a la calidad de los manuscritos. Así este libro es un todo, la fusión de la buena literatura de sus autoras: Irene Vallejo (narradora) e Inés Ramón (poeta), y una edición excepcional: Olifante, al cuidado desde 1979 de Trinidad Ruiz Marcellán. Con todo ello, el resultado no es sino un libro con un contenido y un continente extraordinarios.

Inés Ramón e Irene Vallejo

Los textos  narrativos y poéticos se alternan en todo su recorrido, de tal manera que se tiene una clara sensación de plenitud. La temática es variada y siempre el relato antecede al texto poético. Irene  Vallejo nos transporta a una realidad que bebe fundamentalmente del mito y la leyenda clásicas, construyendo así un corpus narrativo que sorprende por su viveza léxica y expresiva, por su extraordinaria forma de recuperar  la olvidada voz de la mujer, luz y esencia de la feminidad, un grito que aún hoy nos trae su dramático eco, todos los silencios que claman justicia y libertad: «Lucrecia no fue una heroína, sino una mujer angustiada porque no cumplía los exigentes requisitos de la víctima: había dejado de entrar libremente a su agresor y no podía exhibir heridas. En su época, solo tenía dos opciones: callar o hablar desde la frontera de la muerte, donde ya no quedan motivos para mentir. Hoy nos rebelamos contra la vieja herencia de la sospecha: el miedo que paraliza a todas las Lucrecias no es signo de consentimiento, sino instinto de conservación. Hay que resistirse, sí, pero a los desplazamientos de culpa». Desde el lirismo más puro, la poética de Inés Ramón produce un temblor que nos advierte igualmente del peligro de quedar abrasados a una culpa inexistente, que en realidad no es sino una sumisión de siglos, la continua humillación a la que ha sido sometida la mujer por el solo hecho de serlo, sin más consideraciones, simple y llanamente, por ser víctima siempre, ahora se rebela contra todo tipo de animadversión, de ese odio engendrado de antiguo y que la somete y desnaturaliza: «Mujeres del siglo veintiuno: / nuestra voz palpita en las cuerdas de la historia; / somos palabra en  la palabra de una alondra calcinada en Auschwitz / y repetimos, hoy, con letras de sangre y de saliva: / “Por fin se acabó / el miedo. / Comienza la esperanza».

La mañana descalza. Irene Vallejo e Inés Ramón. Olifante. Zaragoza, 2018

Nos viene este libro a las manos con un deseo abarcador, renovado en su espíritu de luz y palabra, para acurrucarnos en su pecho de espuma y nube algodonada, para servirnos de guía en el aciago camino que esta vida a veces nos impone, más si cabe, a la mujer cuya olvido y ausencia ha sido una nota discordante a través de los tiempos y que hoy, en la dulce voz de Irene Vallejo e Inés Ramón, dos extraordinarias mujeres escritoras nos reconforta y seduce. Una seducción creciente conforme se avanza en la lectura de “La mañana descalza”, con esa desnudez de la palabra capaz de hacernos vibrar y sentir, conocer y descubrir otra realidad, otras realidades que se nos escapan por la rutinaria forma de vida que llevamos, ajena a los verdaderos valores humanos, a la esencialidad de la existencia. Reinterpretar el pasado tras bucearlo y comprenderlo es, en cierta manera, lo que estas dos autoras pretenden con este libro. Un análisis de lo sucedido a través de todos los tiempos para comprender mejor el presente y reinventarlo, reinventarse a sí mismo cada día, como cada día el sol nace y muere. Un ejercicio poco habitual, y desde este punto de vista, se acierta en el andamiaje del libro, en su sólida estructura, nacida de la observación y comprensión de los mitos y transformar en mensajes actuales sus enseñanzas, siempre útiles y certeras aún a pesar de los siglos transcurridos. “La mañana descalza” es un libro necesario y no puedo sino estar de acuerdo con la prologuista del mismo, Amalia Iglesias Serna, cuando dice: «…Salimos de este libro con la conciencia un poco más iluminada y con la vaga certeza de que tal vez sea necesario descender a esos ínferos para vislumbrar una nueva aurora, como dijera María Zambrano». Tanto Irene Vallejo como Inés Ramón han conseguido en este libro un equilibrio extraordinario, una armonía que tiene su expresión más clara en la palabra que una vez y otra se alza hacia el firmamento como la más diamantina de las estrellas. Descalcémonos todos, hombres y mujeres, y recorramos el camino juntos, con la absoluta creencia de que es posible un mundo donde la igualdad y la justicia nos abrigue a todos los seres humanos. “La mañana descalza”, es sin duda, una realidad que coadyuva a alcanzar esa nueva realidad que con tanto esmero han construido y dejado su singular huella y por igual la narradora Irene Vallejo y la poeta Inés Ramón.


EL AUTOR

JOSÉ ANTONIO SANTANO (Baena, Córdoba, 1957), cultiva la poesía, narrativa, ensayo y crítica literaria. Es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Almería, y autor de más de 20 libros, entre los que destacan: Profecía de Otoño. Premio Internacional de Poesía “Barro”. (Sevilla, 1994); Exilio en Caridemo. Premio Ciudad de El Ejido de Poesía 1995 (IEA, Almería, 1998), Íntima heredad. Accésit Premio Internacional de Poesía Rosalía de Castro,(Endymion, Madrid, 1998), La piedra escrita (Alhulia. Salobreña, 2000), finalista Premio Nacional de la Crítica 2000, Suerte de alquimia (Alhulia. Salobreña, 2003), finalista del Premio Andalucía de la Crítica 2003, Trasmar, de narrativa (Alhulia, Salobreña, 2005), Premio Andalucía de la Crítica “Ópera Prima” 2005; Las edades de arcilla (Alhulia, Salobreña, 2005); Razón de ser. X Premio Internacional de poesía “Luis Feria” 2008, Caleidoscopio (IEA, 2010), Estación Sur (Alhulia, 2012), Tiempo gris de cosmos. Premio Gremio de Libreros de Almería al mejor libro de poesía 2014, (Nazarí,Granada, 2014), Memorial de silencios. Ediciones en Huida (Sevilla, 2014), Los silencios de La Cava (Alhulia, 2015),  La voz ausente (Alhulia, 2017), Lunas de oriente (Ediciones Dauro, 2018) y Cielo y Chanca (2019). Textos suyos han sido traducidos al catalán, euskera, gallego, inglés, francés, italiano, búlgaro, rumano, ruso, alemán, portugués, griego, árabe y chino. Actualmente es miembro de la Asociación Española de Críticos Literarios y de las Juntas Directivas de ACE-A (Asociación Colegial de Escritores de España, Sección Autónoma de Andalucía), AAEC (Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios). Asimismo es cofundador de Humanismo Solidario y miembro de la junta directiva de la Asociación Internacional Humanismo Solidario.