En su último poemario, titulado Cuenta Atrás, David López Sandoval se aproxima a la muerte desde una perspectiva mística, como si fuera un episodio más de la vida.
© JOSÉ ANTONIO SANTANO
Tal vez sean estos días grises y no aquellos azules de la infancia, que nombrara el poeta, o quizá sean ambos los que propician que hurguemos en el paso del tiempo hasta hallar la razón última de la existencia. Sea una luz o una sombra, un color o un silencio, la poesía nos ayuda a interpretar el mundo desde una óptica diferente, la que el poeta nos redescubre con su mirada perspicaz y precisa, y luego traduce en palabras capaces de estimular y provocar en el lector un placentero temblor, una sacudida. Leía días atrás que Ida Vitale, la poeta uruguaya recientemente galardonada con el premio Cervantes, aconseja: “En poesía no acates, ataca.”. Cuando el poeta se aletarga y se acomoda la poesía que nace lo hace vencida ya, derrotada, sin fuerza para levantar el vuelo. No es el caso del poeta David López Sandoval (Córdoba, 1975), que se rebela y “ataca”, siguiendo el consejo de Vitale, con su último libro Cuenta atrás, con el que obtuvo el Premio Jaén de Poesía en su trigésimo cuarta edición y publicado por Hiperión. Con anterioridad ha publicado la novela Viaje al Parnaso (1999) y los poemarios Náufragos (2010), El viaje heroico (XIV Premio de Poesía “Fray Luis de León”, 2014) y Cancionero moral de un poeta menor (2017). Cuenta atrás nos propone un recorrido por la vida, que no es otra cosa que un trayecto hacia la meta final que representa la muerte, de ahí que el poemario esté estructurado por 51 poemas en forma descendente, del 50 al 0, inclusive. Llama la atención que el poema número 33, ¿cuestión de simbología numérica cristológica, por representar la ‘plenitud de la edad’ o simplemente responde tal circunstancia a una decisión personal e íntima del poeta? En cualquier caso el poemario está construido sobre una base sólida que confirma un extraordinario sustento en la más grande tradición clásica y literaria del poeta, tanto en su forma como en su fondo, que bien podría resumir el poema ‘Retótica”: «Joven poeta, / no la caves ya más / que así es la fosa.»
Una vez más el paso del tiempo y la muerte aparecen como ejes centrales de este poemario de David López Sandoval. Los recuerdos fluyen como un caudaloso río, en lo vivido se apoya el poeta para resurgir de las cenizas de la rutina y en comunión siempre con la naturaleza crear su propio universo.
Los sonetos que aparecen en este volumen así lo aseveran, pero también la necesidad de expresar y expresarse a través de un lenguaje tan hondo como sencillo, donde la mirada en todo aquello que rodea el universo del poeta es capaz de ser trascendida: «… A vosotras os amo, mis discretas, / mis grises cazadoras solitarias / de inexplorados cielos y cunetas; // a vosotras por siempre, legendarias / fronteras de mis viajes y mis metas, / mis fieles carreteras secundarias.».
Una vez más el paso del tiempo y la muerte aparecen como ejes centrales de este poemario de David López Sandoval. Los recuerdos fluyen como un caudaloso río, en lo vivido se apoya el poeta para resurgir de las cenizas de la rutina y en comunión siempre con la naturaleza crear su propio universo, alejado de la estulticia y la mediocridad humanas. Su esencialidad humanística la hallamos en muchos de los versos que componen Cuenta atrás, distanciándose del mortecino espectáculo de lo vacuo y lo efímero, así escribe con un lenguaje llano y profundo al mismo tiempo: «…aunque queden pendientes demasiados deseos / para seguir creyendo que hay un plan infinito, / sin reglas ni esperanza, sin miedo a lo que ocurra, / por encima de todo procura ser feliz. / Feliz porque la lucha por llegar a la cima / basta para colmar el corazón del hombre.».
También queda patente en el poema ‘Humaniora’, homenaje a Pepe Perona, quien fuera su ‘Maestro de Gramática’: «Te imagino sentado en un rincón / de la secreta gruta de las Náyades, / haciendo un inventario minucioso / de botines ganados con decencia, / como solo los héroes los ganan. // Pensando en esto te imagino ahora, / cuando ya está a punto de zarpar, / cuando todo se vuelve azul de pronto, / cuando nada se oye en nuestra isla, / cuando el mundo comienza a prepararse y se consuma el acto más humano.».
La visión de la muerte es, en consecuencia, visión de la vida, la una complementaria de la otra.
Es la muerte (‘el acto más humano’) que ronda por doquier, ¡tan bella y natural a los ojos del poeta!, en fulgurantes heptasílabos: «No temas a la muerte, / no te espante el letargo / que dicen que te aguarda /cuando cierras los ojos. / La muerte es el principio / de una larga andadura…// La ocasión de ver mundo, / un bello privilegio / que no has tenido en vida.».
La muerte como acto de vida, como lo entiende la filosofía sufí y afirma Adonis en su libro “Sufismo y surrealismo”, al decir: «Alcanzar la muerte, es decir, el más allá, es alcanzar la máxima felicidad, pues la felicidad comienza aquí y ahora. Y también la eternidad. El estado de unión es el paraíso antes del paraíso. La eternidad no es esperada, es vivida. Por ello la muerte es un prolongado estado de unión, es el estado final, es decir, el retorno final al ser universal.», y como así también parece entenderlo López Sandoval. La visión de la muerte es, en consecuencia, visión de la vida, la una complementaria de la otra. Por ello el poeta escribe, refiriéndose a ella, la muerte, el ‘gran viaje’: «…Justo antes / de comenzar el viaje estoy seguro / de que veré la cara de mi madre.».
Con estas mimbres se ha elaborado esta cesta poética, una poesía de altura, genuina y abarcadora, una cuenta atrás que todos iremos cumpliendo, de la nada a lo absoluto, y viceversa: «…como el dios de la mugre y los gusanos, / el dios del holocausto y de la ruina, atrévete a quemar toda tu obra».
Cuenta atrás es, sin duda, un libro de poemas revelador, una obra rigurosa y diamantina, la del joven poeta maduro David López Sandoval, una voz que tiene aún mucho que decir y que así será, con toda seguridad, en próximas entregas. Estaremos atentos.
Cuenta atrás. David López Sandoval. Hiperión. Madrid, 2018. 72 páginas, 10 €.
Sobre el autor
JOSÉ ANTONIO SANTANO (Baena, Córdoba, 1957), cultiva la poesía, narrativa, ensayo y crítica literaria. Es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Almería, y autor de más de 20 libros, entre los que destacan: Profecía de Otoño. Premio Internacional de Poesía “Barro”. (Sevilla, 1994); Exilio en Caridemo. Premio Ciudad de El Ejido de Poesía 1995 (IEA, Almería, 1998), Íntima heredad. Accésit Premio Internacional de Poesía Rosalía de Castro,(Endymion, Madrid, 1998), La piedra escrita (Alhulia. Salobreña, 2000), finalista Premio Nacional de la Crítica 2000, Suerte de alquimia (Alhulia. Salobreña, 2003), finalista del Premio Andalucía de la Crítica 2003, Trasmar, de narrativa (Alhulia, Salobreña, 2005), Premio Andalucía de la Crítica “Ópera Prima” 2005; Las edades de arcilla (Alhulia, Salobreña, 2005); Razón de ser. X Premio Internacional de poesía “Luis Feria” 2008, Caleidoscopio (IEA, 2010), Estación Sur (Alhulia, 2012), Tiempo gris de cosmos. Premio Gremio de Libreros de Almería al mejor libro de poesía 2014, (Nazarí,Granada, 2014), Memorial de silencios. Ediciones en Huida (Sevilla, 2014), Los silencios de La Cava (Alhulia, 2015), La voz ausente (Alhulia, 2017) y Lunas de oriente (Ediciones Dauro, 2018).
Textos suyos han sido traducidos al catalán, euskera, gallego, inglés, francés, italiano, búlgaro, rumano, ruso, alemán, portugués, griego, árabe y chino. Actualmente es miembro de la Asociación Española de Críticos Literarios y de las Juntas Directivas de ACE-A (Asociación Colegial de Escritores de España, Sección Autónoma de Andalucía), AAEC (Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios). Asimismo es cofundador de Humanismo Solidario y miembro de la junta directiva de la Asociación Internacional Humanismo Solidario.