Remedios Zafra se adentra en la vida y el poder de las palabras desde una óptica humanista

Remedios Zafra (Zuheros, Córdoba, 1973) se centra en el mecanismo con que operan las palabras que usamos en distintos contextos y cómo crean distintas realidades. A veces, alienantes, deshumanizadas, ante las que hay que estar en guardia. Un libro extraordinario que le valió el Premio Nacional de Ensayo de este año.
© JOSÉ ANTONIO SANTANO

El poeta chileno Theodoro Elssaca, en su libro antológico Travesía del relámpago, escribe: «Hay palabras sordas como una tapia, otras monosilábicas / radiantes y enormes como sol, o monotemáticas y ciegas / como el negro callejón. Desilusionadas como gris o fúlgidas / de resplandor. Musitan y son hojas amarillas de otoño. / Hay sonoras en oleadas de truenos, o roncas de volcanes. // Eróticas igual a besos y pubis de fuego, inquietantes / igual a cuervos, rotundas como un disparo y definitivas / como la muerte».

Y añade el poeta aragonés Ángel Guinda en el preámbulo a ese libro: «Las palabras son semillas cargadas con el silencio de los mundos». Palabras y silencio se funden en un solo cuerpo, en una sola imagen que nos lleva a lugares imprecisos por desconocidos, pero que forman una misma entidad, un único espacio en el que habitan unas y otro. Las palabras como fundamento para propiciar los sueños, el imaginario que sustenta la existencia. Las palabras también como acto de rebeldía contra la abulia y los excesos del poder.

Todo esto y más lo hallamos, y ha sido una extraordinaria sorpresa, un hallazgo excepcional, en el libro El informe. Trabajo intelectual y tristeza burocrática, con el que la escritora y profesora universitaria Remedidos Zafra (Zuheros, Córdoba, 1973), obtuvo muy merecida y recientemente el Premio Nacional de Ensayo 2025. Remedios Zafra es, además, investigadora del Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y ha sido profesora de Antropología, Políticas de la Mirada y Estudios de Género. Sus estudios se centran en el hecho en sí mismo de la creación, la cultura e internet. En su haber cuenta con libros tales como El bucle invisible, Frágiles, El entusiasmo. Precariedad y trabajo creativo en la era digital (Premio Anagrama de Ensayo y Premio Estado Crítico), Ojos y capital, (h)adas, Un cuarto propio conectado y Netianas.                                                          

‘El informe’ es Premio Nacional de Ensayo

El informe es, y lo digo con absoluta convicción, un libro extraordinario, de honda y serena reflexión sobre la existencia humana en este primer cuarto del siglo XXI, pues como dice la propia autora en nota preliminar: «No podemos cambiar la vida si no amamos la vida. Un informe inefable es un mecanismo de las palabras contra todo lo que en el trabajo dificulta la vida». Remedios Zafra nos presenta una obra regida por un espíritu puramente humanista, que aporta una nueva y lúcida mirada desde una perspectiva rebelde y liberadora a la vez, donde el pensamiento crítico brota de cada una de sus páginas, al entender que en un sistema capitalista extremo como el actual, en el que prevalece, justamente lo contrario, el “pensamiento único”, solo una actitud comprometida con la defensa de los derechos elementales de los seres humanos y la libertad permitirán avanzar hacia un mundo mejor.

Ya desde las primeras páginas de este Informe su autora se pregunta: «Porque ¿qué es vivir? ¿Es vivir trabajar y sentirte ocupada la mayor parte de la vida soñando con poder jubilarte algún día, justo cuando enfermas más, incluso todo el tiempo? ¿No es la vida el tiempo? ¿No tengo cincuenta años de vida que son cincuenta años de tiempo?».  La capacidad de análisis de Remedios Zafra es incontestable; la observación de la cotidianidad y de ésta con su entorno social en la elaboración de este Informe nos hace reflexionar sobre nuestras vidas, y lo hace, sorprendentemente, desde la suya propia, en una sincera expresión de su experiencia vital, implementando así el estudio sobre el Trabajo intelectual y la tristeza burocrática con tanta clarividencia que nos aboca a plantearnos cuál es el lugar del ser humano en sus relaciones laborales y de dependencia respecto a las máquinas, las nuevas tecnologías e internet, es decir, elaborar un «informe sobre cómo trabajo y cómo vivo».

Es apasionante adentrarse en las páginas de este luminoso libro, recorrer con serena mirada sus hipótesis y síntesis, comentarios y conclusiones; y todo, con un estilo de una vivacidad indiscutible, porque como escribe su autora: «Es la razón por la que en este informe inefable trataré de las vidas y los trabajos de las personas que utilizamos las palabras como base de nuestras tareas: investigadores, escritores, profesores, gestores, comunicadores, divulgadores científicos, creadores, dramaturgos, artistas y otras posibles figuras de la investigación y la creación en las que coinciden estas actividades como roles o identidades».

Toda la sociedad actual está reflejada en este Informe.

Entre el trabajo intelectual y la burocracia, ésta última como elemento de desafección, para Zafra: «La poesía escenificaría muy bien ese todo al que me refiero y que a muchos nos trajo aquí, a los trabajos que se forjan con palabras y sentido, tan diferentes a los mecánicos e innecesarios informes elaborados sin apenas tiempo y sin ningún alma. […] Una lógica que nos hace parecer más máquinas que humanos, como si fuéramos el testeo de una próxima sustitución que comienza cambiando empatía por eficacia. Una lógica que se centra en su fachada, apagando su valor, su sentido, su poesía».

Cómo afecta el tiempo, la dificultad propia de expresión mediante la palabra en el trabajo intelectual, la inutilidad burocrática en sí misma, los espacios de poder político que influyen de manera negativa en el desarrollo del trabajo, son ejes centrales del estudio de Zafra, de manera que no puede evitar preguntarse y preguntar a su interlocutor en la narración: «¿No cree «que hemos pasado por alto cómo, paralelamente a la flexibilidad para poder hacer más cosas y mejor en cualquier momento y lugar, estas tecnologías digitales nos han creado más necesidades. «Muchas más necesidades», enfatizaría yo»; y añade más adelante: «Porque ante la presión burocrática que sufren los trabajos con las palabras, la respuesta en la mayoría es docilidad, no rebeldía».

Aspectos tales como “la obediencia acrítica y la banalidad”, “tareas basura y activismo burocrático”, ¿dónde germina el sufrimiento del trabajo”, “métrica identitaria”, “un lugar de trabajo llamado «casa». Vecinos, turistas y trabajadores”, “rivalidad entre iguales”, “la soledad”, “la vida y los trabajos con sentido”, “el sentido de recuperar la vida”, “el sentido de la cultura como trabajo”, “la alegría de las palabras” o “la cultura como síntoma y como respuesta” son tratados por Remedios Zafra desde una perspectiva clara, precisa y al detalle de forma que el lector comprenda y alcance el grado de conciencia necesario para alcanzar un verdadero pensamiento crítico.

Toda la sociedad actual está reflejada en este Informe: la precaria situación de los jóvenes y sus derivadas relativas al transporte, la vivienda, la sanidad, la educación, las subcontratas, reducción de la jornada laboral, jubilación («En ningún caso debiéramos resignarnos a que la mayor parte de nuestra vida esté ocupada por el trabajo»),  etcétera, etcétera, cada vez más deteriorada y sujeta al capitalismo extremo de las privatizaciones y la presencia de fondos de inversión, también llamados fondos buitre.

El informe es un libro extraordinario, de honda y serena reflexión.

No sólo encontramos en este Informe el estudio multidisciplinar y riguroso de una lúcida investigadora que nos dice: «Se han roto o se están rompiendo los lazos con quienes trabajamos al tiempo que los anclajes con la comunidad (pueblos, barrios…) que durante siglos educaba a las personas para el cuidado colectivo y, como contrapartida asimétrica, para que de manera expresa las mujeres cuidaran a los hijos, los maridos y los padres», sino que testimonia, también, su compromiso con la comunidad en la que vive, al sustentar taxativamente el feminismo: «Porque nos cuesta reconocer que justamente en el feminismo y en la sororidad como base brilla un ejemplo de posibilidad y futuro, el que reivindica un suelo de igualdad y una sociedad hilada con sus vínculos de cuidado mutuo».

La sutil mirada al mundo y la sensibilidad de Remedios Zafra nos hace pensar -esperémoslo así- que no todo está perdido y que la cultura es un pilar fundamental en este proceso de reinvención del mundo: «Por eso la cultura no puede ser opresiva ni dogmática, ni llamar a las personas a pensar esto o aquello; en su despliegue de situaciones, favorece que cada cual se haga sus propias preguntas y, saliendo del letargo de poder «verlo todo sin apenas inmutarse, recuperar ese gran valor que es la capacidad de extrañarse».

Remedios

Zafra, una de las voces más lúcidas de su generación

Y añade, en este sentido: «Reivindicar el valor de la cultura y, por tanto, la necesidad de recuperar su sentido y libertad extremos no solo ayuda a los trabajadores que escriben, crean, investigan y construyen conocimiento, imaginario y simbólico; hacerlo activa la cultura como herramienta social. Porque dejarnos vencer implicaría ceder sin un «ay» a la opresión simbólica del capital y la tecnología. Si las personas ruedan y ruedan y no estamos ahí para frenarlas y ayudarles a tomar partido consciente de lo que ocurre (subir, bajar andando, marcharse, pararse a mirar, identificar una situación, hacer preguntas…), ¿qué seremos?».

En resumidas cuentas, Remedidos Zafra nos presenta una realidad que sólo puede ser transformada o reemplazada por otra desde un plano esencialmente cultural, de ahí que a manera de síntesis este Informe pudiera concretarse en que: «Cuando el aislamiento de la tristeza burocrática y del trabajo deshumanizado se apropian de la vida, nos arriesgamos a perder la perspectiva de su valor social, el tiempo para la cultura y para la ciencia, el tiempo para cuidarnos como humanos y como planeta. ¿Qué suerte de utopía resultaría la que, pareciendo laboral, sería vital y sería posible si lográramos transformar una sociedad que por fin consiguiera subordinar el trabajo y la tecnología a la vida y no a la inversa?

Seguramente, para ello, habría que volver a la poesía, «que lo era todo y lo sigue siendo», recorrer las calles del blanco y bello caserío de Zuheros, «sentarte en el mirador sin bancos que da al horizonte de Baena», contemplar el mundo desde su cima y sentir que «las luces disponibles para no deshumanizar el futuro siguen siendo las chispas que los poetas encienden en el roce de un lápiz o una tecla».

 

 

El informe. Trabajo intelectual y tristeza burocrática, de Remedios Zafra, Anagrama, mayo de 2024, 208 páginas, 19,90 euros.


 

EL AUTOR

JOSÉ ANTONIO SANTANO (Baena, Córdoba, 1957) cultiva la poesía, narrativa, ensayo y crítica literaria. Es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Almería, y autor de más de veinte libros, entre los que destacan Profecía de Otoño; Exilio en Caridemo; Suerte de alquimia o Tiempo gris de cosmos, todos ellos galardonados con prestigiosos premios.