Amor, canta

La poeta salmantina Maribel Andrés Llamero nos regala unos conmovedores poemas de duelo al padre que va a morir y que finalmente se va dejando una herida que solo el recuerdo generoso y grato mitiga. 
© JESÚS CÁRDENAS

Dialogar con el padre ausente tras haber experimentado el proceso doloroso de deterioro de la enfermedad y convertirlo en homenaje encerrando toda la belleza del amor es lo que se encuentra con 80.000 soldados de terracota.

Tras haber inaugurado la colección de Isla Elefante de poesía, el sello de Ben Clark, con Los inútiles (2022), inicia la colección Endurance, también de Isla Elefante, con este título, dejando impreso un hermoso recuerdo en un objeto estéticamente bello.

El libro parece haberse escrito, a tenor por la referencia en varios versos, en los alrededores de los años de pandemia, correspondientes a la enfermedad del melómano y guitarrista que fue el padre de la poeta Maribel Andrés Llamero.

Compuesto por una extensión considerable (más de ciento cincuenta páginas), se agrupa en cinco tramos, con el añadido de un epílogo correspondiente al artículo publicado por la poeta salmantina en El País el 27 de diciembre de 2020.

Edita Isla Elefante

Los tres primeros tramos o capítulos trenzan el diálogo cuando el sujeto sabe que su padre le espera lo inevitable. El acompañamiento del dolor por el hospital (sala de UCI, sala de quimioterapia), la negativa a la rendición, la asimilación de la muerte, el recuerdo constante de la figura paterna dejan poemas duros, terribles, intimistas. El modo elegido para esta elegía es el del diálogo cercano entre padre e hija, además de la descripción contenida de recuerdos. Lo que le diría su hija a su padre aquí está contenido.

El poema inicial cumple con la laudatio, “Valorio, 1989”, recalca el cuidado del padre y su ternura. En él se expresa el recuerdo al reproducir un vídeo donde una niña todavía no comprende el peligro de la existencia, pero el gesto del padre de tomarla en brazos provoca el derramamiento: “y hoy pienso, treinta años después, / de cuántas maneras / me has venido dejando / toda tu ternura por herencia”. Con él se anuda el “Retrato en Piazzale Michelangelo”: “somos en esas fotos / el filo del tiempo atenazando / por detrás de la alegría”.

Se nombra la Mors certa, insalvable,  “mayo de 2020” y “las siete de la madrugada” como referente temporal aciago. Hay un acompañamiento total de la hija hasta la marcha del padre, como “el último paseo por el parque / bajo la mascarilla” (en “La Fuerza”). Sobresale la emoción en estos poemas que son de “gratitud”, ternura y raíz eterna.

“Este libro no trata sobre la muerte, / sino sobre la vida emocionada”.

La crudeza se deduce en la metáfora del poema “La bestia”: “Nos viene mordiendo los pies / una bestia que ha reptado / desde su angosto y húmedo nido”. Desgarra el alma mediante el sufrimiento y la desorientación de una mirada de niña frente a la pérdida. Esa forma despiadada que deja a los que se quedan vacíos recuerda a los poemas del italiano Pavese. La implacable realidad está ahí: la repetición de la expresión “para no ver” es contundente y revelador. Lo expresará Andrés Llamero en los cuarenta versos siguientes: “tú eres el lugar de la grieta. // En tu estómago algo empieza a palpitar, / […] piedra que crece, / se alimenta de ti / y no se puede detener”.

Inventa otra forma de comunicarse con el padre, así mediante el silencio “severo, inconsolable”:

 

En estos meses nunca, a ti y a mí,
nos han hablado los dioses,
no porque no quieran dirigirse a nosotros,
es que no hay palabra sino en la superficie
y dese el tiempo, no hay palabra en la ruina:
el verbo es siempre de los vivos.

La poeta y profesora Maribel Andrés Llamero (Salamanca, 1984) atesora una formación literaria vastísima

El verso libre, los elementos cotidianos, los símbolos adaptadas y cauterizados por tan desenlace fatal, la expresión llana y cierto tono narrativo, se conjura y nos emociona, nuevamente, en el tramo cuarto y parte nuclear del libro, dejando destellos que nos recuerdan a la mejor poesía elegiaca (Manrique, Machado). Así, en “Ese modo tuyo de amar” se recalca virtudes del ser ausente, modelo de virtud; para que nada le falte el sujeto expresa en imperativo:

Ahora que lo tienes
déjele entonces poemas de este lado,
escúchalo hablar
de aquello que más ama,
ciertos libros, sus afectos,
el molino de su infancia,
pero sobre todo
no le niegues las respuestas. 

El desastre deja al sujeto transmutado donde la identidad se vuelve profunda. Lo vemos en el intenso y contenido “Mujer hacia adentro”: “Soy una mujer como un pozo, / con la verdad solo en lo profundo”. El contraste de tiempos verbales es una característica del género, como puede verse, en “Declaración de herederos”, donde en la última sección, desde el presente se retoma el pasado, además de la desolación que deja en el futuro de un hijo que no sabría de su abuelo: “Cuando los demás se vayan / nadie sabrá cómo fue el hijo pequeño”.

Así extrañando la hermosura, el poema se encamina al final hacia la vida en versos rotundos, líricos, diamantinos: “en esto que soy, que somos, / voluntad de primavera”. Tras el diálogo catártico, purificador, el canto apenado, sentido, consolador de tanta tristeza y soledad es sustituido por el amor fraterno, junto con las ganas de vivir y la ternura, que la acompañará siempre, así sus palabras finales “Amor, canta”.

No se distraiga el lector y para que no quepa duda la propia Maribel Andrés Llamero así lo transcribe: “Este libro no trata sobre la muerte, / sino sobre la vida emocionada”.

 

80.000 soldados de terracota, de Maribel Andrés Llamero. Isla Elefante, Colección Endurance: Palma de Mallorca, 2024.


EL AUTOR

JESÚS CÁRDENAS (Alcalá de Guadaíra, Sevilla, 1973) es profesor de Lengua Castellana y Literatura. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla.

Como investigador literario, ha escrito ensayos y dado conferencias sobre Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, García Lorca, Pier Paolo Pasolini… Como crítico literario colabora con reseñas en diferentes revistas literarias.

Hasta la actualidad es autor de los libros de poemas: La luz de entre los cipreses (Sevilla, 2012), Mudanzas de lo azul (Madrid, 2013), Después de la música (Madrid, 2014), Sucesión de lunas (Sevilla, 2015), Los refugios que olvidamos (Sevilla, 2016), Raíz olvido, en colaboración con Jorge Mejías (Sevilla, 2017), Los falsos días (Granada, 2019) y Desvestir el cuerpo (Madrid, 2023).