El autor escribe sobre La playa y el tiempo, un libro de relatos contenido y revelador, que expresa a la perfección lo que implica llegar con paz a la edad madura.
© RECAREDOO VEREDAS
La playa y el tiempo es un hermoso libro de relatos, escrito con elegancia matemática. Así ocurre porque busca al mismo tiempo la solución más bella y más efectiva para el propósito buscado. Solo mediante una relectura cuidadosa se entiende el proceso que existe tras la cuidada escritura de Ernesto Calabuig: un camino de depuración casi zen, que conecta con el mensaje liberador del autor. Todo lo superfluo ha sido eliminado, sin caer en una tala excesiva que habría aproximado al texto a un minimalismo artificial. Es decir, utiliza el “menos es más”, pero no se relame en ello. Busca la mejor transmisión y la menos artificiosa. Es el mejor propósito –poco frecuente en nuestra literatura- y el menos lucido ante una crítica que, sobre todo, valora el supuesto virtuosismo.
Ernesto Calabuig
Tal propósito de depuración aparece desde el primer relato, que da título al libro. Narra la aceptación de la vida de una mujer madura, su olvido del rencor, y también del júbilo, al borde de una playa. Es una escritora, que tal vez sea el reverso femenino del propio autor, que rememora aspectos sueltos, aislados, de su vida, que terminan construyendo una trayectoria coherente, llena de alegrías, decepciones y tiempos muertos, culminados con una mirada plena hacia el futuro, dure este lo que dure. Esa lucidez, que aparece de repente, venida desde el más allá, tal vez desde el subconsciente, puede identificarse con el insight, con esa revelación que surge en momentos de plenitud. Y qué mejor lugar para la plenitud que una playa, rodeada por el relajante ruido del mar y el tiempo. El paseo por la playa es el reverso del que da uno de los hermanos Glass en el relato Un buen día para el pez plátano, de J.D. Salinger, un autor también influido por el budismo. Si en el relato del estadounidense la conclusión es la muerte, en el de Calabuig aparece la luz. Además, por su dominio de la técnica literaria, Calabuig consigue que La playa y el tiempo no sea una pequeña novela, que atosigue al lector con demasiada información en pocas páginas, sino una auténtica epifanía con cuya lectura se entienden los avatares de toda una vida.
En el resto de los relatos alterna distintas dimensiones, diferentes temáticas, que incluso bordean la ciencia ficción, pero el trasfondo casi siempre es el mismo, una mirada compleja sobre el ser humano y, a la vez, comprensiva y simplificadora –aunque nunca simplista-. Se permite incluso el atrevimiento de introducir a Leonard Cohen como protagonista de uno de los relatos, en una mezcla lograda de narrativa y crónica periodística.
Cuenta con una voz casi única, que muestra distintas facetas de su visión del mundo en cada relato, lentamente desgranadas.
Este libro podría, si el narrador se identificara de alguna forma, o aparecieran personajes recurrentes en los distintos relatos, tratarse de una novela. Cuenta con una voz casi única, que muestra distintas facetas de su visión del mundo en cada relato, lentamente desgranadas. De hecho, un resumen nítido de lo expresado en el primer relato, del espíritu de conciliación con la vida que domina a todo el libro, aparece en el titulado Mommsen: Una única verdad se comprende en la vida cuando has cumplido tantos años: las cosas, finalmente, son como son o como hayan de ser. En tu haber queda siempre el haber presentado una digna batalla contra tantos elementos que te superaban, poeque siempre fue todo mayor que tú y que tu hermosa pero limitada energía”.
El autor, Ernesto Calabuig, es un hombre de letras experto, licenciado en filosofía y traductor del alemán. Tal sabiduría de tantos años de trabajo se impregna en la lucidez de este libro.
La playa y el tiempo. Ernesto Calabuig. Tres Hermanas Ediciones. Madrid, 2020. 136 páginas, 14,25 €.
RECAREDO VEREDAS (Madrid, 1970) ha estudiado Derecho, Edición y Creación Literaria. Ha publicado 8 libros. El último es la recopilación de testimonios Todo es verdad (Sílex, 2020). Los que más le gustan son los más breves, los poemarios Nadar en agua helada (Bartleby, 2012) y Esa franja de luz (Bartleby, 2019), pero se siente orgulloso de toda su progenie. Incluye el ensayo No es para tanto (Sílex, 2016), la novela Deudas vencidas (Salto de Página, 2014), la colección de relatos Actos imperdonables (Bartleby, 2013) y dos obras perdidas en el espacio-tiempo: la colección de relatos Pendiente (Dilema-Escuela de Letras 2004) y el manual Cómo escribir un relato y publicarlo (Dilema-Escuela de Letras, 2006). Ha trabajado para diversas editoriales, entre las que destaca Alfaguara. Ha sido profesor en la Escuela de Letras y en Fuentetaja. Ha reseñado, entre otros medios, en Quimera, ABC, Política Exterior, Letras Libres y Revista de Letras.